los sociólogos, hace unas cuantas décadas, explicaban la sociedad del ocio como el ansiado umbral de las colectividades desarrolladas y modernas; en los últimos tiempos, suena lo de sociedad de consumo con el mismo objetivo: el consumismo como motor básico del avance socioeconómico. El capitalismo, ¡Jesús que término tan desusado!, ha desarrollado una nueva manera de funcionamiento económico a nivel global y estas fechas son campo abonado para gastar, comprar, mercadear, que hay que darse un chute de consumir en los tiempos que invitan a ello. La publicidad gran aliada de este momento económico ha desarrollado técnicas de persuasión en base a la imagen y sonido y los anuncios de Navidad tiene cientos de ejemplos que con lujo y lujuria, nos invitan a comprar, siendo el de las burbujas de Freixenet, compañero habitual y específico en este mes de compras aceleradas y exaltadas. Son las burbujas del cava metamorfoseadas en burbujas humanas, bailarinas maravillosas enfundadas en sus trajes de oro que ascienden por la pantalla una y otra vez en invitación amable a consumir, esos sí con moderación que estamos vendiendo droga. Los actores triunfadores Michelle Jenner y Ricardo Darín rematarán cada pase comercial con un brindis final para un anuncio que ha tenido como protagonistas a Liza Minelli, Alejandro Sanz , Norma Duval, Penélope Cruz entre otras estrellas del mundo del cine y tele, acompañadas por directores de prestigio como Icíar Bollaín, Fernando Trueba o el desparecido Bigas Luna. Hace 40 años la firma de cava catalán Freixenet inició la saga de las burbujitas danzarinas. A partir del 11 de diciembre, el microrrelato y spot podrán verse en la pantalla mágica; todo preparado para que lleguen Papa Noel, Santa Claus, Olentzero, y más tarde y rematando el guión, Reyes Magos. Todo en orden, todo en paz, todo en consumo.
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