Inmersiones es, en resumen, un congreso abierto al público -un lugar de encuentro y de intercambio de ideas- de artistas emergentes del País Vasco y Navarra que se celebra desde el año 2008 en Gasteiz. Organizado por la asociación cultural Inmersiones -que agrupa a los supervivientes de la extinta Asamblea de artistas Amarika- tiene como objetivo cardinal visibilizar la creación de base que se pergeña en el territorio. Inmersiones es una actividad creada desde la lógica del sustento. Persigue la utilidad. No quiere deslumbrarnos cual evento mediático. Su propósito es mostrar esos procesos de arte y cultura próximos, aunque “sumergidos”. Su objetivo fundamental, por lo tanto, es poner en valor la producción artística cercana para hacerla visible, propiciando la necesaria inmersión de las gestorías públicas, y del ciudadano, en el entramado de las prácticas contemporáneas que están, sumergidas, bajo la superficie. Esperando a que buceemos hasta ellas.
Inmersiones cumple ahora diez ediciones. Y para esta especial entrega, Inmersiones propone debatir sobre la relación entre educación y arte, mostrando los trabajos de creadores que introducen en sus prácticas artísticas elementos educacionales o, por el contrario, que éstas se desarrollen en ámbitos educativos.
La necesaria inmersión trasciende, por lo tanto, la crónica amable del paisaje artístico sumergido para incitarnos a bucear en la complejidad de las relaciones entre arte y sociedad, en este caso, entre arte y educación.
No podía ser de otra manera si la propuesta de Inmersiones trata de descubrirnos lo que está oculto para darle visibilidad. Y no podía ser de otra manera si lo que hay que llevar hasta la superficie es la certeza de que todavía somos capaces de hacer cultura huyendo de los tópicos, de sentirnos obligados a ofrecer productos fácilmente digeribles para un público que muchos quieren complaciente y acrítico. Hacer reflexionar a través del arte, esa es la cuestión. Labor cada vez más difícil en un país que ha exiliado a las áreas del arte, de las humanidades, fuera de las aulas escolares.
Es por eso que en esta edición, y desde este lunes hasta el día de hoy, Inmersiones ha desarrollado también una nueva iniciativa que bajo el título de Educacciones busca acercar la experiencia artística a los centros docentes. Y lo ha hecho a través de la instalación Banco del tiempo del artista argentino Gustavo Romano. Una oficina móvil de compra venta de tiempo que está visitando a los estudiantes de cuatro centros educativos de la ciudad de Gasteiz.
El artista utiliza un nuevo sistema de dinero de tiempo -billetes de 1 año, 60 minutos, etc.- para hacernos reflexionar sobre el valor de nuestra existencia. Si tuvieras un minuto, una hora, un año extra en tu vida, ¿qué harías con él? Buena pregunta para hacer reflexionar a los jóvenes estudiantes sobre las cuestiones importantes de sus vidas.