bilbao - Alejo Stivel es historia del rock en castellano desde que liderara Tequila en los años 70 y primeros 80. Ahora regresa en solitario tras una larga etapa como productor de más de cien discos, entre los que destacan algunos de los más vendidos de La Oreja de Van Gogh, M-Clan y Joaquín Sabina. Yo era un animal (Universal) es su primer disco en solitario con canciones propias. “El animal juvenil que vivía las noches de fiesta es pasado, ahora vivo también de día”, explica el argentino residente en Madrid.
¿Es este su segundo primer disco?
-Podría decirse así. El anterior, Decíamos ayer (2014), era de versiones (Moris, Silvio, Serrat, The Clash...) y aunque las reinterpreté y las llevé a mi terreno, no eran composiciones propias. Las de este sí, por eso es más personal e íntimo. Es mi primero de solista con mis canciones; mi primer disco, pues.
Ha tardado tres años largos en grabarlo. ¿No lo vio claro?
-Soy lento, de ritmo pausado (risas). Me costó porque había perdido el oficio de la composición con mi faceta de productor, en la que me muevo más cómodo ahora. Tampoco quería apresurarme y esperé a que todo estuviera a mi gusto.
¿Los regresos puntuales de Tequila están en la génesis del disco?
-Sí, claro. El primero fue en 2008 y volví a salir a un escenario. No sé... el momento del aplauso no me llena porque no tengo un ego desmadrado. Lo que disfruto más es cantar con la banda e interactuar con los músicos y el público. Ese momento de comunicación y transmisión del mensaje... ¡es mágico, el tiempo se detiene!
Vivió con Tequila la cara más lúdica y desmadrada del rock’n’roll. Ahora, a dos años de cumplir 60, ¿qué es para usted?
-Para mí, el rock es como para Me-ssi el fútbol (risas). No es cualitativa la comparación, pero el rock es mi lugar para realizarme, el camino por el que viajo, encuentro gente, me permite comer y tener donde dormir... Es el lugar que me permite vivir, es la vida y también lo que me gusta.
Ron Wood decía que los Stones siguen por la pasión.
-Obviamente, tienen dinero de sobra. A nadie le disgusta la pasta, pero Me-ssi seguiría jugando aunque no le pagaran, seguro. Todos queremos valorarnos y que nos valoren con un buen sueldo, pero seguiría cantando sin él. De hecho, el disco me lo pagué yo aunque estoy muy contento con el apoyo y la pasión de Universal para dar a conocer estas canciones.
Parece un disco autobiográfico. ¿O sus historias son ficción?
-Es una autobiografía ficcionada, se mueve entre la realidad y la imaginación que vuela. No es un diario, claro.
Canta “no me arrepiento de nada”.
-¿Serviría de algo que lo hiciera? Hice cosas buenas y otras que no me gustaron, igual que discos y conciertos. Y pasé momentos buenos y amargos, como todos. Hay que dulcificar el recuerdo y seguir adelante.
Ha aprendido a disfrutar del día a día...
-Lo intento, sí. Trato de pasarlo bien. Si te refieres a las noches de fiesta juveniles, son etapas en las que vivía, trabajaba y grababa de noche. Y unía una con otra. Ahora, vivo también de día.
El ritmo ‘stoniano’ y ‘tequilero’ del single puede engañar. Hay muchos estilos en el álbum, ¿verdad?
-Pop, baladas, soul, folk, country... Mis gustos e inquietudes musicales son más amplias que incluso las del disco, que tiene muchos estilos. Escucho a Miles Davis o Joni Mitchel, y no lo reflejo. Cuando salgan más singles se apreciará mejor el contenido de un disco ecléctico porque primo las canciones por encima del sonido y el concepto. Quiero que la canción me lleve a un estilo determinado. Por ejemplo, he entrado en temas más lentos y románticos, algo que no había hecho nunca.
Y firma una canción que se enfrenta al machismo.
-Ni una menos, que comparto con Miss Bolivia. No quería trivializar una situación tan dramática, creo que es respetuosa.
Alguna feminista despistada puede recordar a Maluma en ‘Dos en una’.
-Que la oiga bien porque trata de dos gatas, no de mujeres.
“Nunca tuve dioses”, canta. ¿Ni los Stones, Serrat o Joe Strummer?
-Todos ellos, junto a Miles, Dylan o Lennon, son mis dioses. En la letra me refiero al Dios estándar, al de la religión institucional.
También están M-Clan, a quienes produjo su disco más exitoso y pop.
-Yo no veo el término pop como un insulto. No hay que demonizarlo porque el grupo pop por excelencia son The Beatles. Serrat también lo es. Puede que les llevara a un terreno de pop-rock, pero no ligero y comercial. El término viene de popular... lo fue Sinatra y la copla, en su día.
¿Cómo se ha encontrado como cantante?
-Las giras con Tequila me han dado seguridad, aunque es bueno no sentirse seguro del todo porque ese sentimiento aporta frescura a mi manera de cantar. Si hubiera seguido cantando y tuviera 15 discos, como mis amigos músicos, estaría ya tirando de oficio.
¿Buscará “tocar y tocar”, como canta en una canción?
-Eso es, dar conciertos porque esta es mi afición. No he dejado de producir aunque ahora no tengo tiempo. Si en unos meses puedo compatibilizarlo con mi carrera de cantante y aparece un proyecto interesante, estoy abierto. Produje muchos discos por año, pero esa prioridad ha cambiado.