LONDRES. La británica Zelda Perkins contó al citado periódico que en 1998, tras denunciar el acoso del productor, de 65 años, se le hizo firmar un acuerdo de confidencialidad para evitar que divulgara el caso.
Perkins dijo que durante esa época Weinstein le solía pedir que le diera masajes cuando tan solo llevaba ropa interior y se encontraban a solas en habitaciones de hoteles, y que cuando tenía que despertarlo, con frecuencia intentaba arrastrarla a su cama por la fuerza.
La exayudante de producción, que se decidió a denunciar la conducta del productor después de que otra colega también le confesara que sufría el mismo acoso, recordó que pese a eso se le hizo "sentir vergüenza por desvelar ese comportamiento" de Weinstein.
Las dos mujeres denunciaron sus casos y se les indemnizó con la suma conjunta, a repartir a partes iguales, de 250.000 libras, además de hacerles firmar el citado acuerdo de confidencialidad por el que se les prohibía hablar de las acusaciones.
"Quiero romper públicamente mi acuerdo de confidencialidad", dijo al periódico británico, con el argumento de que "a menos que alguien haga esto, no habrá un debate sobre lo indignantes que son estos acuerdos y la cantidad de sufrimiento por la que atraviesan las víctimas".
Al romper la cláusula, Perkins podría tener que devolver la citada cifra y, potencialmente, sufragar los costes legales estipulados en el contrato, según señala el FT.