Vitoria - En la primera parte del año le esperaron en Minnesota y Seattle. A ambas ciudades norteamericanas, Casto Solano acudió desde la capital alavesa con las creaciones escultóricas realizadas tras ganar dos concursos internacionales de arte público. Sin embargo, este 2017 está suponiendo para el creador un continuo ir y venir, cuya última parada, por lo menos por ahora, ha sido Francia.
De hecho, el domingo regresó de París después de asistir a la inauguración de 11450 enfants, escultura que Casto ha realizado en memoria de los 11.450 niños judíos de Francia deportados a los campos de exterminio nazi y que está ubicada en el cementerio Perè Lachaise, el más grande de la capital francesa. El acto, que congregó a unas 400 personas, estuvo presidido por la alcaldesa de la ciudad Anne Hidalgo, sin olvidar la presencia de otros representantes políticos de la sociedad francesa como el vicepresidente del Senado David Assouline.
Cabe decir, para quien no conozca un cementerio que es todo un referente turístico de la ciudad, que en Perè Lachaise se encuentran los restos de una amplia lista de creadores, filósofos, científicos... sin olvidar sus monumentos como el que, por ejemplo, está instalado en recuerdo a los españoles republicanos exiliados que lucharon en la Segunda Guerra Mundial. Es en este contexto en el que se ha instalado la escultura de Solano, la primera de arte contemporáneo que se coloca en el conocido campo santo debido a su consideración de patrimonio nacional, lo que conlleva estrictas restricciones.
La escultura ha sido realizada en acero y ha sido concebida como un memorial, afirma Solano: “un gran número de mis esculturas recuerdan los valores humanos. Esta obra se fundamenta en el no olvido que nos ayude a luchar contra la vileza humana. Una sola razón, un solo niño deportado ya habría motivado la presentación de mi propuesta. Hay 1.1450 razones. Esta obra es para acompañar su ausencia. Para que aquellos que pretendan el abominable abuso de poder contra la inocencia, nos encuentre siempre junto a ella. Defendiéndola al frente”.
Con todo, Francia ha sido sólo la última parada por ahora de un reciente viaje que también ha llevado al creador hasta el otro lado del Atlántico. En concreto, Solano llegó a París procedente de Canadá, donde estuvo procediendo a la instalación de The Golden Tree en Spruce Grove (Alberta). La escultura, como explica el propio autor, “representa a un abeto de acero inoxidable de aproximadamente seis metros de altura. Por el interior de las curvas que lo conforman siguiendo la trayectoria de una espiral áurea, a modo de savia portadora de vida, discurre el agua que es micronizada al exterior”.
Aún así, el escultor ya sabe que va a tener que regresar al continente americano por un doble motivo. Primero porque en breve se colocará una de sus piezas en Dallas (EE UU). Segundo, porque acaba de ganar otro concurso internacional, esta vez realizado en la ciudad estadounidense de Tucson (Arizona). En concreto, la pieza seleccionada en este certamen es Mañana es hoy, de la que, por el momento, no se conocen muchos detalles. Tiempo habrá de averiguar cómo este nuevo proyecto pasa del papel a la realidad y se suma así a la larga lista de obras de Solano por el mundo.