Copenhague - El Nobel de Literatura premió ayer la “fuerza emocional” de las novelas del británico de origen japonés Kazuo Ishiguro, un fallo sorprendente que enlaza con la línea de elecciones inesperadas de la Academia Sueca en los últimos años. Si en 2015 distinguió por primera vez el reportaje periodístico con la bielorrusa Svetlana Alexiévich y el año pasado traspasó el umbral de la literatura convencional con el cantautor estadounidense Bob Dylan, ahora ha regresado al campo más puramente literario pero ha optado por un autor que no figuraba en las quinielas previas.
Clásicos como el keniano Ngugi Wa Thiong’o, el israelí Amos Oz, el sirio Adonis o el japonés Haruki Murakami eran los nombres que dominaban todos los pronósticos, pero la Academia prefirió al británico, que elogia por haber descubierto “el abismo más allá de nuestro ilusorio sentimiento de conexión con el mundo”. En declaraciones posteriores al fallo difundido en el antiguo edificio de la Bolsa de Estocolmo, la secretaria permanente de esta institución, Sara Danius, consideró a Ishiguro, autor de ocho libros, “un novelista brillante” que ha desarrollado su propia estética y “un magnífico artista de la lengua”. “Si mezclas a Jane Austen y a Franz Kafka, tienes a Kazuo Ishiguro. Tienes que añadir también un poco de Marcel Proust en la mezcla”, dijo Danius sobre el autor de Los restos del día (1989), popularizada por la película Lo que queda del día, que protagonizaron Anthony Hopkins y Emma Thompson en 1993.
Es, agregó, un novelista “brillante”, un escritor “de gran integridad que no mira para otro lado” y además ha desarrollado un “universo estético” único. “Está muy interesado en entender el pasado pero no es un escritor proustiano, no trata de redimir el pasado, explora lo que hay que olvidar para sobrevivir como individuo o como sociedad”, explicó. Sobre las obras de Ishiguro, Danius aseguró que todas ellas son “maravillosas y verdaderamente exquisitas”, pero mostró su predilección por su última novela, The Buried Giant (El gigante enterrado, 2015), aunque también hizo hincapié en que The Remains of the Day es una “obra maestra”.
dominio de prosa y literatura La elección de Ishiguro refuerza el dominio de la prosa y de la literatura en inglés en el palmarés del Nobel: 77 de 114 escritores premiados son narradores y 29 usaron esa lengua, por 14 autores en francés, 13 en alemán y 11 en castellano. “Tenemos una maravillosa biblioteca y gente maravillosa a nuestro alrededor, estamos siempre buscando nuevos e interesantes escritores, hablamos bastantes lenguas entre todos nosotros y, por supuesto, hay muchas lenguas que no hablamos, pero entonces pedimos que nos escriban informes detallados sobre autores concretos”, indicó Danius sobre la elección de los premiados. Una elección que este año ha recaído en un escritor británico que nació en Nagasaki (Japón) en 1954, pero que se mudó con su familia a los cinco años al Reino Unido, donde se graduó en Inglés y Filosofía en la Universidad de Kent e hizo un curso de escritura creativa en la de East Anglia. Su primera publicación llegó en 1982 con Pálida luz en las colinas, que al igual que su siguiente novela, Un artista del mundo flotante (1986) se ambientan en Nagasaki en los años posteriores a la II Guerra Mundial. En sus tres primeras obras aparecen temas recurrentes en su narrativa como la memoria, el tiempo y el autoengaño y su característico modo de expresión “cuidadosamente contenido”, resaltó la Academia en su explicación del fallo.
ishiguro, “halagado” El británico Kazuo Ishiguro, ganador del Premio Nobel de Literatura 2017, admitió tras conocer la noticia ayer a la cadena BBC que este reconocimiento le hace sentir “asombrosamente halagado” y confió en que ante el actual contexto mundial, los nobeles puedan suponer “una fuerza positiva”. “El mundo atraviesa ahora un momento de mucha incertidumbre y confiaría en que todos los premios Nobel fueran una fuerza para algo positivo en el mundo”, afirmó. Y agregó que se sentiría “profundamente conmovido” si pudiera “de alguna manera, contribuir a crear una atmósfera positiva en tiempos de gran incertidumbre”. El escritor de origen japonés, de 62 años, señaló en declaraciones al canal público que, al no haber sido contactado directamente por la Academia sueca, temía que fuera una “broma”, y comentó que “se trata de un magnífico honor” porque significa que sigue “los pasos de los grandes autores que han existido, y eso es una mención espectacular”. - Efe