Desde 2004 Borja Cobeaga y Diego San José buscaban sacar adelante Fe de etarras. En 2007, el actor Julián López leyó el primer guion y aceptó un papel, y en 2010, durante el rodaje del segundo largometraje de Cobeaga, No controles, decidieron poner como contexto de la trama el Mundial de fútbol de Sudáfrica, que la selección española ganó. Hasta este mismo año no han podido rodar el trabajo, lo que no ha influido en la calidad del material. Muchas de las situaciones del filme parecen estar más de actualidad que nunca con el 1-O, que se celebra mañana, según comentaron. “El A por ellos y el Soy español que se cantaba entonces, curiosamente se grita ahora también”, ironizó San José, durante la presentación de la película que ha coescrito.

Fe de etarras es una comedia política, una película con la que reírse de situaciones que no son graciosas. “A Borja y a mí nos encantan las comedias tristes”, aseguró el guionista habitual de Cobeaga, ambos salidos de la factoría de Vaya Semanita. La carga política, por su parte, llega con el contexto histórico que se representa. “El Mundial de 2010 fue el mayor ataque de hispanidad iconográfica que ha habido”, aseguró Cobeaga, el director y el otro escritor del guion: “O al menos hasta ahora”.

La historia narra el día a día de un comando de ETA encerrado en un piso de una pequeña capital de provincia, que espera recibir una llamada para entrar en acción. Mientras tanto, a su alrededor todo el Estado se encuentra inmerso celebrando los éxitos de la selección española de fútbol.

El guion estuvo durante años guardado en un cajón de una productora sin que llegará a hacerse realidad, hasta que finalmente Netflix se atrevió con la idea. “Las películas más divertidas que he visto, como El jovencito Frankenstein, las he visto en mi casa. No pasa nada porque la película no pase por el cine. Netflix nos ha dado una libertad que no tendríamos de otra manera”, comentó al respecto Cobeaga.

La plataforma digital les ha permitido a los dos autores no autocensurarse en ningún momento. “El final de la película es muy radical y ahí está el ejemplo de que hemos hecho lo que hemos querido”, observó San José, y añadió: “Es la primera vez que no hemos cambiado ni una sola coma del guion. Ojalá se empapasen de esa actitud todos los demás”.

críticas antes de la película Para realizar una idea tan disparatada como esta, era necesario un equipo de intérpretes igual de disparatados. Los cuatro protagonistas, Javier Cámara, Gorka Otxoa, Miren Ibarguren y Julián López, fueron los pensados por Cobeaga y San José para encarar a los personajes desde el primer momento. Los cuatro demostraron por qué durante la rueda de prensa.

Las risas y los comentarios ingeniosos volaron a lo largo de ella, sobre todo por parte de Cámara, quien recibió una pantxineta de parte del actor Josean Bengoetxea, y de Julián López, del que Cobeaga aseguró que siempre que escriben un guion, “aparece un personaje que lleva su cara”.

“Me gustó mucho que la película estuviese tratada como Esperando a Godot”, expresó Cámara, para quien en la parte final del filme “hay mucha oscuridad”. “Es una comedia de algo muy trágico. Hubo gente que se creyó las grandes barbaridades que se decían”, añadió.

La polémica en torno al filme y su conocido cartel publicitario ha estado influenciado por la situación en Catalunya. “Cuando rodábamos No controles, pensaba en qué bien que pudiéramos hablar de estos temas. No se me hubiera ocurrido por nada del mundo, que siete años después la situación estuviera peor”, aseguró López. Mientras que su compañero Otxoa respondió que el cartel solo es marketing y ha conseguido su propósito: “Las críticas han venido antes de ver la película, y con su llegada se ha demostrado que no tenían ningún sentido”.

“Lo que ha cambiado en estos más de diez años desde que empezamos con la idea es Twitter”, afirmó San José sobre el cambio actual de la sociedad. El guionista opinó que con esta herramienta “las consecuencias por hacer y decir cosas se han incrementado por personas anónimas”, y añadió: “Podemos perder Twitter, pero perder la comedia sería la gran derrota”.

A pesar de esta observación crítica, Cobeaga también quiso destacar el lado positivo que se ha llevado a cabo en los últimos años. “Lo vimos con el yihadista español, El Cordobés. Todos nos reímos de él con los memes que circularon. Esa actitud ante lo terrible es lo más sano de una sociedad”, apuntó el donostiarra, al tiempo que ponía en lugar el principal punto de mejora de los últimos años: “Muchas veces hemos ido para atrás, pero ETA ya no mata. En lo que realmente era lo más importante, sí que hemos avanzado”.