madrid - La compañía Kamikaze Producciones, de Miguel del Arco, Israel Elejalde, Aitor Tejada y Jordi Buxó, obtuvieron ayer el Premio Nacional de Teatro por “la puesta en marcha de un proyecto colectivo en el que se desarrollan con excelencia las diversas ramas de la creación escénica”.
El jurado del premio, dotado con 30.000 euros, destacó en su fallo “la valentía de sus propuestas y la adhesión de un público fiel que respalda este proyecto único en el panorama actual de nuestro teatro”, según informó ayer el ministerio de Educación, Cultura y Deporte en una nota.
Bajo el lema Un teatro más allá de la función, el proyecto Kamikaze “aúna entretenimiento, reflexión, diálogo y transformación con la vocación de ofrecer una mirada contemporánea en la que cualquiera pueda verse reflejado”.
Su actividad abarca lecturas, ensayos, conferencias, formación y educación, tertulias, “y una programación de calidad que mezcla obras propias y externas” con “un teatro de calidad” para todos los públicos.
El ministerio asimismo destaca entre sus montajes, La función por hacer, Juicio a una zorra, Misántropo, Antígona y Hamlet -en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC)-, todos ellos con dirección y versión de Miguel del Arco.
Kamikaze Producciones, que empezó a jugar en 2009 con la idea de tener su propio teatro, alquiló el pasado mes de julio el Pavón para llevar a cabo un proyecto “vivo, abierto, emocional e interactivo”, según explicaron en rueda de prensa entonces.
La ocasión de alquilarlo llegó cuando la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) dejó libre el centenario coliseo madrileño, en la castiza plaza de Cascorro, con el que firmaron un contrato por cinco años de duración.
El jurado, presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Montserrat Iglesias, han formado parte Fernando Cerón, Julio Bravo, Manuel Llanes, Helena Pimenta, Rosa San Segundo, Rosana Torres y Concha Velasco, Premio Nacional de Teatro 2016.
“espaldarazo al amor al arte” Para la compañía Kamikaze recibir el Premio Nacional de Teatro es “un espaldarazo al amor al arte”, especialmente después de “la dura travesía” del último año, tanto que los 30.000 euros del premio solo serán “un mordisquito” comparado con “el enorme agujero financiero” que tienen.
“Me siento como un pipiolo. Nos hace una ilusión gigantesca, especialmente en esta segunda temporada que empezamos tan llena de incertidumbre, pero la verdad es que hemos arrancado bien, abriendo una brecha en el túnel”, explicó uno de los responsables de la compañía, el director y autor Miguel del Arco, nada más conocer el fallo del jurado del premio.
Del Arco, junto con Israel Elejalde, Jordi Buxó y Aitor Tejada, se embarcaron en julio del año pasado en la “arriesgada aventura” de alquilar el Teatro Pavón y convertirlo en un espacio “vivo, abierto, emocional e interactivo”.
Las han pasado “canutas” para llevar a término su “épica empresa”, pero Del Arco cree que “la energía” del público, “presente todo el año” y la buena respuesta que empiezan a tener de las administraciones les está sacando de “la oscuridad”, aunque continúan en “un gran agujero económico”.
“Somos kamikazes y grandes optimistas, así que... saldremos de esta y, aunque no fuera así, nada más que por tener el teatro que ha puesto en pie una obra como Ensayo -estrenada el pasado 12 de septiembre-, ya habrían merecido la pena todos los sinsabores”, aseguró.
Todo lo que hacen, añadió, es “por amor al arte, en toda su extensa acepción”, pero, sostiene, es lo que les “alimenta” el alma y en lo que seguirán empeñados, también literalmente, como afirmó. - Efe