- Siguiendo la pauta marcada por Cannes o Venecia, el Zinemaldia abre sus puertas a la televisión. Ayer se estrenó la veda con la serie Vergüenza, una “comedia romántica incómoda” creada y dirigida por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero, que compite en la sección Zabaltegi-Tabakalera.

La serie, producida por Movistar+, cuenta la historia de una pareja “normal”, formada por Javier Gutiérrez y Malena Alterio, abocada a hacer el ridículo en situaciones cotidianas, desde dejarse un calzoncillo sucio en el baño cuando vienen los suegros de visita a preguntarle a una mujer gorda si está embarazada.

Él es fotógrafo de bodas, bautizos y comuniones, pero se cree llamado a algo más sublime, la “fotografía artística”, mientras que ella, con una situación laboral inestable, teme no alcanzar los objetivos con los que soñó de joven.

“Hablamos de cosas que nos divierten, nos dan grima o nos aterran en torno al hecho de vivir en sociedad y el pánico que eso provoca en el fondo”, explicó Fernández Armero, que confiesa que tanto él como Cavestany tienen “un componente paranoide”.

Lo que ocurre es que esta pareja, y especialmente él, llegan más lejos de lo que cualquiera llegaría. “Digamos que él no filtra nada”, señala el director de Todo es mentira (1994) o Las ovejas no pierden el tren (2014).

“El juego es crear un personaje al que detestes, pero con los mimbres suficientes para que te golpee y te puedas mirar y reconocer”, precisó.

La primera temporada, que llegará a la plataforma de Telefónica en noviembre, consta de diez episodios de 25 minutos de duración y se ha proyectado en el festival íntegramente, un “experimento” tanto para sus creadores como para los organizadores del certamen.

“Hay una trama general y la serie se puede ver como una película larga de episodios”, explicó Cavestany, que la define como “una comedia romántica medio estropeada” o “una minisaga de pareja de casi cinco horas”.

El proyecto nació en realidad hace nueve años y estuvo mucho tiempo dando tumbos sin que ninguna televisión se atreviera a apostar por él. “Es un tipo de ficción que no es la habitual en las cadenas generalistas”, señaló el director.

La duración de cada episodio era de 25 minutos, pero no tenía el ritmo de una sitcom y, aunque era una comedia, también tenía algo de trágico y violento. Cavestany cree que lo que diferencia esta serie de otras es “el concepto autoral con minúsculas”.

“Parte de una visión muy personal, más que ser un producto generado para el consumo”, indicó. En este sentido, ambos aplauden el hecho de que plataformas como Movistar+ estén siguiendo “el modelo HBO” de apostar por los autores.

“Para nosotros es una maravilla tener la libertad de contar lo que quieres en un medio como la televisión, a la que hasta ahora le ha espantado cualquier atisbo de autoría; estos nuevos tiempos nos benefician mucho”, apuntó Fernández Armero.

En cuanto a referentes, Cavestany menciona series como The office o Curb your enthusiasm, por el humor “violento y estridente”, aunque Vergüenza es una síntesis de otras muchas cosas les gustan.

Movistar+ ha comenzado este año a apostar por la producción propia. Acaba de estrenar su primera serie, Velvet Colección, y le seguirán La Zona, el 27 de octubre, y Vergüenza, en noviembre.

El próximo viernes presentarán en Donostia La peste, una ficción histórica ambientada en Sevilla en el siglo XVI y dirigida por Alberto Rodríguez, que llegará a los espectadores en enero de 2018.

Y un día antes, mañana por la noche, Netflix presentará Fe de etarras en el Velódromo, una comedia sobre las peripecias de un comando de ETA dirigida por Borja Cobeaga (Negociador) y escrita por Diego San José (Vaya Semanita), cuyo cartel promocional ha suscitado una gran polémica en los últimos días. - Efe

Hoy. Príncipe 3 (20.30)

Mañana. Trueba 1 (16.00)

Viernes. Antiguo Berri 8 (20.30)