Venecia - Helen Mirren y Donald Sutherland emocionaron en Venecia con The Leisure Seeker, una película con la que el italiano Paolo Virzi compite en la sección oficial del festival y en la que brilla especialmente la actriz, que apunta a una segunda Copa Volpi de la Mostra.

La consiguió en 2006 por La reina y podría repetirlo con su interpretación de Ella, una mujer que sale de viaje en una antigua caravana junto a su marido (Sutherland), enfermo de Alzheimer, una tragicomedia que es un reflejo de cómo Mirren quiere vivir su vida.

Ella, su personaje, “se enfrenta a la fase final de su vida con alegría por vivir, con energía”. “Yo espero mantenerla también hasta el final”, dijo la actriz, que resaltó que para ella la muerte es “algo muy importante, porque está llena de vida”. Y eso fue lo que le atrajo de una película que sigue el viaje en el que esta pareja que lleva cincuenta años unida repite el recorrido habitual de sus vacaciones familiares. Un trayecto en el que Paolo Virzi (ganador el pasado año de la Espiga de Oro de Valladolid por Locas de alegría) mezcla humor, drama y ternura en una narración clásica que destaca por las grandes interpretaciones de su pareja protagonista.

Aunque para Mirren, los actores son unos instrumentos en manos de los realizadores. “Todo comienza y acaba con los directores. En el medio está nuestra contribución. Mi marido (Taylor Hackford) es un director y soy una gran creyente en la autoría de lo directores. Son visionarios y nosotros tratamos de hacer realidad esa visión para ellos”, explicó. Y señaló que lo que busca en un director es frescura y una visión particular, algo que en el caso de Virzi se unió a “su sentido del humor y su humanidad”. “Esta película no podría haber sido hecha por ningún otro”, agregó.

cine italiano Sutherland aseguró que cuando Virzi le ofreció el papel no lo vio como un realizador italiano: “Para mí es universal y tiene una extraordinaria visión”. Halagos que se repitieron en la dirección contraria ya que el realizador reconoció que tuvo algunas dudas que desaparecieron cuando Sutherland, primero, y Mirren después, aceptaron tomar parte. “Pensé que no podía no hacerlo”, afirmó, que agradeció a los actores “que fueran tan pacientes” con alguien que habla un inglés tan malo como él.

Es la primera película en inglés para un director que dijo sentirse “un hijo del cine italiano”, pero que considera que esta es una película que responde a su forma de hacer cine y de ver la vida, y además era con dos actores que aman el cine italiano, por lo que no sentía que fuera un proyecto muy alejado de sus otros trabajos. - A.G.