Vitoria - Aunque Araia ya se despidió hace varios días de su Festival de Teatro de Humor, el certamen sigue su curso por distintos puntos del territorio de la mano de las compañías que actuaron en la localidad alavesa teniendo la calle como escenario. Sin embargo, el próximo sábado se va a producir, también dentro de la misma programación, una actuación diferente tanto por el lugar como por los protagonistas y la propuesta escénica que se va a poder compartir. Una experiencia de unos 40 minutos de duración que podrán disfrutar alrededor de un centenar de personas.

El espacio escogido para esta singular cita es el Castillo de Portilla, en Zambrana, un lugar cuya belleza y particularidad habla por sí misma. Allí, a partir de las 22.30 horas, estarán esperando al público los componentes del Colectivo Terrón en lo que será su única participación dentro del cartel del festival. Una visita a tierras alavesas que tendrá como excusa su espectáculo Tierra efímera.

“En un mundo dominado por la tecnología, donde todos los productos sufren múltiples transformaciones, el hombre tiende a perder la relación con las materias primas. ¿Cómo hacer un elogio de la simplicidad? ¿Cómo reencontrar una emoción contemplando la materia en su forma más simple?”, reflexiona este colectivo conformado por artistas y arquitectos de diferentes procedencias. En su camino de experimentación, sus propuestas de creación ponen la mirada en “materiales pobres, ordinarios, banales”.

Así, la obra con la que acuden a Zambrana juega entre la “arquitectura efímera” y la “coreografía pictórica” para que la tierra se exprese “a nivel plástico”. “Con una inquietante sensualidad, el espectáculo juega con la fusión entre pintura y cine, dibujo animado y coreografía, teatro de sombras y creación gráfica. A través de una tela, aparecen cuadros espontáneos, inspirados en las propiedades de la tierra, sus colores y su propio ritmo. El espectador entra en una sucesión de escenas que juegan con la sombra, las luces y los objetos... Un solo y mismo material, la tierra: proyectada, acariciada, esparcida, borrada, trazada, desplegada sobre una pantalla, que se convierte en un lienzo gigante”.

Austria, Suiza, Francia... son diferentes los países por los que ha pasado este espectáculo que, como no puede ser de otra manera, es siempre distinto puesto que para hacerlo posible se usa la tierra de cada lugar que el colectivo visita, lo que ya marca el montaje desde su misma esencia. Así lo podrán comprobar quienes se acudan hasta el Castillo de Portilla.