DONOSTIA - Fernando Franco, ganador del Goya como Mejor Director Novel con La herida, presentará en el 65 Festival de San Sebastián su segunda película, Morir, una historia de amor y dolor dependiente absolutamente de sus protagonistas, Marian Álvarez y Andrés Gertrúdix, que “se abren en canal” en esta cinta.

“A estos actores no se les puede sacar más porque lo dan todo, se abren en canal. Y a mi me han hecho un regalo tremendo, los dos, con sus interpretaciones. Estoy feliz”, ha dicho el director sevillano en una entrevista con Efe realizada en Madrid justo después de saber que Morir se estrenará en el marco del Zinemaldia.

La película irá a la Sección Oficial pero no competirá por la Concha de Oro; la organización ha decidido presentarla al tiempo de su estreno en salas como Proyección Especial.

“Entendemos las películas como películas y los festivales, como festivales, no como olimpiadas. Un trabajo no puede valorarse sólo por si compite o no, lo importante es que la gente la pueda ver”, ha dicho Franco, muy contento, en cualquier caso, de volver al lugar donde comenzó todo con La herida: “Es una plataforma excelente”, ha afirmado.

En Morir, Álvarez ofrece un recital de contención interpretativa en un doloroso mano a mano con Gertrúdix, que, encima, es su pareja en la vida real, aunque según confiesa el actor madrileño, afortunadamente ellos se parecen muy poco a sus personajes. “Tal y como rueda Fernando, que quiere hiperrealidad, o estás muy ahí, muy presente, o no hay película”, desvela Gertrúdix.

“Empezamos a ensayar seis meses antes, la película tiene muchas capas por debajo de una aparente naturalidad, necesitaba mucha contención, y decidimos ir con la calma. Al principio, Marian y yo tirábamos de lo que nos conocemos, de nosotros como pareja, y no nos valía. Tuvimos que parar y empezar de cero”, apunta Gertrúdix a Efe.

Porque Morir, adaptación de la novela homónima de Arthur Schnitzler, cuenta la historia de una pareja que se enfrenta a una enfermedad terminal. Franco también escribe sus guiones, esta vez con la ayuda de Coral Cruz (Incierta Gloria), pero no suele montarlas, a pesar de haber sido nominado a los Goya por los montajes de Blancanieves (2012) y Que Dios nos perdone (2016). “Es porque monta antes de rodar, monta en su cabeza”, explica Marian Álvarez, que ya ganó en San Sebastián la Concha de Plata a la mejor actriz (y después, el Goya a la mejor interpretación femenina) con el primer largometraje de Franco.

La actriz, que ha filmado ocho películas desde La herida, asegura que, en comparación con aquel trabajo, ésta Marta le ha hecho sufrir “un poco más”. “Me ha hecho pensar que lo que le pasa a ella te puede pasar a ti. Y aunque sepas que es una película, y que es mentira, cuando actúas lo estás viviendo, y aquí es mi pareja de verdad. Fue difícil, pero hacerlo con él (Gertrúdix) ha sido un lujo”.

Morir está plagada de detalles, incluso autobiográficos -como el juego que mantienen los protagonistas de adivinar canciones oyendo versiones raras-; una herramienta que Franco usa para no referirse a la memoria explícita que el personaje va perdiendo. O para apoyar “cómo ella siente que va perdiendo lo que compartía con él”, explica el director.

Producida por los vascos Kowalski Films y la andaluza Ferdydurke, cuenta con la participación del ICAA, Gobierno Vasco, Junta de Andalucía, ETB, Canal Sur y Movistar+. - Efe