Vitoria - La plaza de Santa María fue ayer por la noche su último punto de encuentro tras doce días de trabajo intensivo en la capital alavesa. La segunda edición del proyecto para la formación, producción, exhibición y el intercambio de proyectos audiovisuales en euskera Zineleku se despidió, también del público, con la proyección de varios de los cortometrajes que los 18 participantes de este año han llevado a cabo a lo largo de unas jornadas repletas de talleres, proyecciones, charlas, performances, conciertos y encuentros con profesionales de primer nivel en distintos ámbitos de la producción cinematográfica. “Hemos estado día y noche sin parar consiguiendo una experiencia colectiva muy positiva”, apunta la programadora, comisaria y productora vitoriana Garbiñe Ortega, responsable de esta iniciativa.

“Nuestra intención es ofrecer a los asistentes contenidos que no trabajan el resto del año en la universidad o en las escuelas de cine y plantearles experiencias lo más reales y profesionales posible”, describe, algo que se ha vuelto a conseguir en una segunda edición que se ha estrenado en la capital alavesa con más días de duración y más invitados. “Gasteiz ha sido un lujo y creo que también hemos ayudado a hacer más ciudad, a conectar con muchos espacios y creadores”, por lo que de cara al próximo año, si es que se siguen manteniendo los mismos apoyos -sobre todo institucionales-, la intención es repetir en Vitoria.

Artium, la sala Baratza, el Jardín de Falerina, el espacio cultural Zas o la propia Catedral (en cuyo albergue han residido los participantes) han sido algunos de esos lugares que de manera activa han colaborado con una experiencia dirigida de manera especial a personas de entre 18 y 25 años en vías de profesionalización. Al fin y al cabo, es cimentar el presente y el futuro del sector audiovisual vasco la principal motivación de un encuentro que ha contado con participantes tanto de Álava (la mayoría) como de Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra.

“Tanto el nivel artístico como el humano ha sido muy rico para todos nosotros”, destaca Ortega, que ha contado para desarrollar esta entrega de Zineleku con la colaboración de invitados como Martín Guridi, Juan Arrosagaray, Maider Oleaga, Adriana Vila, Luis Macias, Josemi Beltrán, Asier Altuna y Leire Apellaniz, entre otros. “Lo bueno de los participantes es que no le han tenido miedo a nada, todo lo contrario, y así es más fácil avanzar”.

En ese camino, también ha habido parte de las actividades programadas que se han llevado a cabo con el público, un plus más que sumar a una experiencia “que también nos ayuda a crear una red de colaboradores y espacios” con los que seguir incrementando “el poso cultural de la ciudad”. De todas formas, esta segunda edición de Zineleku ya ha pasado. Ahora, su verdadero valor estará en la utilización que de cara a futuro hagan sus participantes de lo aprendido y vivido dentro de sus trayectorias.