vitoria - La Joven Orquesta de Euskal Herria cumple 20 años y para celebrarlo, durante esta temporada de verano, se ha planteado dos retos musicales como son Scheherezade de N. R. Korsakov y las Danzas Sinfónicas de West Side Story de Leonard Bernstein. Joxean Muñoz, viceconsejero de Cultura, Juan José Ocón, director de la EGO, y representantes de las fundaciones Vital y Kutxa presentaron ayer el programa estival de la formación en el Gobierno Vasco, acto que se aprovechó para renovar el convenio de estas entidades, y de BBK, con la agrupación.
Para esta temporada estival, la EGO plantea cuatro conciertos: el día 18 en el Itsas Etxea de Hondarribia, el 19 en el Victoria Eugenia de Donostia, el 20 en el Euskalduna de Bilbao y el 21 en el Principal de Vitoria. Localizaciones en las que 84 jóvenes músicos harán frente a un ambicioso programa que varios profesores de la orquesta han calificado de “programón”. Y es que rompe con los estándares habituales para este tipo de citas. Pero como Ocón explicó, la agrupación siempre está “in crescendo” y es capaz de afrontar dos piezas de “nivel máximo”, a lo que añadió “que un 20 aniversario se merece dos obrones”.
En la primera pieza, Scheherezade de N. R. Korskakov, destaca el papel del violín solista, pues “se pide para entrar a cualquier orquesta del mundo”, según Ocón. Mientras que en West Side Story de Bernstein, la dificultad reside en ser capaz de tocar la trompeta por encima de un Do alto. Un gran nivel de exigencia que los alumnos de la formación son capaces de afrontar. Un ejemplo de ello es una figura como el gasteiztarra Ander Perrino, ex alumno del Conservatorio Jesús Guridi y antiguo miembro de la EGO, quien no solo ha llegado a ser solista de la Ópera de Alemania, sino que ha sido invitado a las pruebas de la Filarmónica de Berlín, proposición que solo reciben “los cuatro más grandes de todo el mundo”, explicó orgulloso el director de la EGO.
Por todo ello, en este 20 aniversario, Muñoz quiso recordar que esta orquesta “es uno de los proyectos más interesantes que tenemos”. En una Euskadi en la que cada vez más jóvenes deciden estudiar música, esta fundación es una referencia imprescindible. “EGO sigue siendo el vértice del sistema musical”, añadió el viceconsejero. Una institución que busca aportar una experiencia profesional a los jóvenes que han acabado o están terminando sus estudios de música y pretenden intentar abrirse un hueco en este difícil mundo profesional. “EGO es fundamentalmente una experiencia”, apuntó Muñoz.
Experiencia que primero el vitoriano Juan José Mena, más tarde Enrique Ugarte y desde el año 2000 Juan José Ocón capitanean ayudando a sus músicos a preparar un repertorio que les servirá para futuras audiciones, a trabajar, en muchos casos, por primera vez con la figura de director de orquesta y a adquirir esa “responsabilidad” que supone tocar ante el público. Una audiencia que asiste a todos los conciertos de esta joven orquesta y que es fiel año tras año. Como apuntó el viceconsejero de Cultura, “hay un público EGO”.