Después del fenómeno de Ocho apellidos vascos, una nueva comedia rodada en Euskal Herria se estrenará el 12 de julio en las salas de cine de Francia y, tal vez, este otoño en el Estado español. Mission Pays Basque es la segunda película de Ludovic Bernard, un realizador que hace poco descubrió y se enamoró de la costa labortana. Tras el éxito de Bienvenidos al norte y L’enquête corse, dos comedias basadas en los tópicos sobre los habitantes del norte de Francia y de Córcega, Bernard ha decidido realizar una comedia romántica y de aventuras en Euskadi, al estilo de las películas de Jean Paul Belmondo en la década de los 80. “Acababa de rodar en Nepal. Los valles y las colinas del interior, de Sara por ejemplo, me han gustado más que la costa y la playa de San Juan de Luz”, asegura el cineasta. Y no duda en afirmar que se trata de un territorio “sublime”.

Trama y tópicos La protagonista de Mission Pays Basque es Sybille, una ambiciosa parisina que tiene como misión adquirir en Baiona un negocio familiar de dos siglos para convertirlo en supermercado. Pero se enfrentará a serias dificultades ya que los vascos no venden sus bienes tan fácilmente. Tras pagar en metálico una cantidad de dinero al dueño, Sybille se da cuenta de que el anciano sufre problemas de memoria y que se encuentra bajo tutela. Su sobrino Ramuntcho Beitialarrangoitia, que se encarga de los asuntos administrativos, acaba de salir de la cárcel por haber destruido un vehículo que pertenecía a la policía.

Curiosamente, a excepción del surf, el rugby y la pelota, todos los tópicos de Iparralde aparecen en la película, desde las alpargatas hasta el pimiento de Ezpeleta, pasando por las fiestas de Baiona, en las que todo el mundo viste de blanco y rojo, al igual que en Iruñea, ciudad hermanada con la capital labortana. Y tampoco faltan irrintzis, harrijasotzailes, ikurriñas, lauburus y canciones de Luis Mariano.

La actriz Elodie Fontan, que desempeña el papel de Sybille, asegura que los tópicos no pretenden ridiculizar a los vascos y que de hecho la crítica contra los modales de los parisinos es todavía más virulenta. El director añade que hay que tener mucho humor y que, a su juicio, en ningún caso se burlan de los vascos. “No hemos inventado nada y nos hemos informado mucho sobre la región”, aclara Ludovic Bernard. La comedia es un choque entre dos mundos y dos formas de ver la vida, en París y en Euskadi norte.

Polémica La nueva comedia ha conseguido un gran éxito durante su preestreno tanto en Francia como en Euskadi, donde cientos de personas han asistido a las primeras proyecciones en Donibane Lohizune y Baiona, con la presencia de los protagonistas, Elodie Fontan y Florent Peyre, dos actores en moda en París. En el cine Select de San Juan de Luz,600 personas invadieron sus tres salas, mientras otras muchas tuvieron que quedarse fuera. Según su director Xabi Garat, los comentarios son muy positivos y el público se toma la obra tal y como es, una comedia. Algunos destacan la ausencia del pastel vasco mientras que otros aprecian los guiños hacia los valores solidarios, la fraternidad y el amor de los vascos por la tierra y su patrimonio.

Sin embargo, la película también ha provocado polémica, sobre todo en las redes sociales, donde algunos llaman al boicot y otros critican la frivolidad con la que tratan el tema del terrorismo. En una escena, la protagonista se ve involucrada en un tiroteo y para salvarse no duda en utilizar un bazooka y un kalashnikov. Tras una explosión, dos actores le declaran que “ahora es una auténtica vasca”. Al salir del cine, el tuitero Joanes Andueza criticó la frivolidad con la que tratan un tema que ha provocado la muerte de más de 800 personas. Ante las críticas, el director Ludovic Bernard se defiende asegurando que este tipo de frases pueden provocar muchas risas en toda Francia y que estaría muy decepcionado si no sucediera lo mismo en el País Vasco. Según Andueza, el cineasta no se ha enterado de lo que han supuesto ETA e IK, y que hace solo semanas que todas las armas han sido entregadas a las autoridades galas.

Euskara Los paisajes de Sara, el monte Larrun y la zona de Suhalmendi aparecen en la pantalla en muchas ocasiones, convirtiendo la comedia en una nueva postal que podría atraer a más turistas. El euskara también ocupa un lugar destacado y los protagonistas aún se acuerdan de muchas palabras como muxu, adio y milesker. Según el director, quiso ser respetuoso con una lengua cuya presencia es notable en Sara.

El saratarra Ganex Etxeberrigarai se encarga de dar la bienvenida a Elodie Fontan cuando ésta llega al pueblo y le pregunta “Zer nahi duzu?”. Ganex, que nunca abandona su boina y su sonrisa, es toda una institución en la localidad labortana, ya que tras décadas trabajando en el ayuntamiento es ahora el corresponsal del semanal euskaldún Herria. “El director vino a mí en la plaza del pueblo, tras un partido de pelota en el que contaba los puntos y me propusó participar en la película. Me maquillaron y tuve que repetir la misma escena diez veces para salir finalmente sólo diez segundos”, se ríe el saratarra. Según Etxeberrigarai nadie se tiene que sentir molesto por la comedia. “Durante el rodaje de un mes el pasado otoño, dejaron mucho dinero en los comercios y los hoteles de la zona, y ahora servirá para dar a conocer la belleza de nuestro entorno”, zanja el jubilado. Joanes Passicot es otro labortano que aparece en la película. El que fuera Manex en la serie Goenkale de ETB-1 es en esta ocasión un bombero que salva la vida al cuñado de la protagonista. “No he visto la obra todavía, pero ha sido interesante participar en ella. Oigo muchas críticas, pero hay que relativizar y tener en cuenta que sólo es una comedia”, subraya el actor, natural de Donibane Lohizune.

En una escena, Sybille provoca el enfado de Ramuntcho al preguntarle si es francés o español. “Vasco, soy vasco”, le contesta gritando y frenando el coche que el joven labortano conduce de forma temeraria. En una zona en la que las identidades vasca y francesa son totalmente compatibles para la inmensa mayoría, el público califica la escena de exagerada. “Al igual que en Ocho apellidos vascos, eligen ingredientes de nuestra cultura y exageran sin ningún tipo de límite”, sentencia Joanes Andueza, que salió del cine decepcionado. Tras el preestreno, los actores y los figurantes se han reunido de nuevo esta semana en Sara para participar en una fiesta que duró hasta altas horas de la madrugada. La actriz Elodie Fontan, que hace un año no conocía el País Vasco, cuenta ahora con muchos amigos entre los vecinos y figurantes de Sara.