“No nos comprendían. Claro, éramos los que iban a los saios con patillas, coletas, las Martens... los que utilizaban de otra forma el euskera, los que tenían otro estilo. El bertsolarimo clásico, el circuito tradicional, no nos entendía, aunque terminó haciendo el proceso y nos aceptó; al fin y al cabo, éramos sus hijos, éramos el producto de las bertso eskolas que ellos habían creado” describe Jon Maia. Lo hace desde su propia vivencia, desde la experiencia personal de un hombre que en 1997 decidió “salir del armario como hijo de emigrantes”, desde lo acontecido en los años que pasó en una Gasteiz mirada con recelo por el mundo euskaldun que rodeaba a Álava en las décadas de los años 80 y 90, una ciudad en la que, sin embargo, esas nuevas generaciones del bertsolarismo encontraron un insospechado espacio donde no sentirse tan desplazados.

De esas y otras cuestiones escribe Maia en Berriak jaio ginen (Lanku), un libro que ayer presentó en la capital alavesa invitado por Oihaneder Euskararen Etxea, al igual que hará en próximas fechas en Pamplona (19), Bilbao (20), Baiona (22) y Zumaia (26). “En la final de Euskal Herria de 2001 todavía había quien se preguntaba si se podía definir a Unai Iturriaga como bertsolari. Es un claro ejemplo de lo que ha costado. No todos los sectores tradicionales aquí han sabido o han querido hacer esa transición”.

Con todo, el libro -que incluye también ilustraciones de Iturriaga y fotografías facilitadas por Xenpelar Dokumentazio Zentroa- no sólo se centra en el camino transitado por el bertso, sino que también es un relato de las transformaciones vividas por la cultura en Euskal Herria en la última parte del siglo pasado, años que en gran parte Maia pasó en Vitoria para realizar sus estudios universitarios.

En una ciudad que era “virgen” para ese bertsolarimo tradicional, “encontramos gente que era como nosotros, que se movía en otros parámetros, que tenía otro perfil” también en la música, en las artes plásticas, en la literatura... “Era un laboratorio donde, sin sospecharlo, encontramos un lugar propicio para hacer lo que queríamos” sin que el mundo del bertsolarimo clásico les estuviera observando con lupa. Una capital alavesa donde encontrarse y conocer a Gari, Mikel Urdangarin, Kirmen Uribe, Juan SA... donde adueñarse del Parral, el Bodegón... donde llevar a cabo el programa Punto eta koma en Hala Bedi Irratia... Todo ello y mucho más se recoge en un libro “sobre unos jóvenes irreverentes” e inquietos. - C.G.