Barcelona - Albert Camus, Elias Canetti, Antoine de Saint-Exupéry, Octavio Paz, Marguerite Yourcenar o Josep Pla son algunos de los escritores que el editor Jordi Nadal incluye en su obra Libroterapia para dar las gracias a los libros y autores que le han hecho “feliz” y que considera como sus “guardaespaldas”.

Jordi Nadal fue directivo de grandes grupos editoriales españoles como el Grupo Planeta y Random House, y actualmente dirige Plataforma Editorial, que él mismo creó hace diez años.

Con Libroterapia (Plataforma Editorial), Nadal agradece los momentos felices que le proporcionaron algunos libros y autores que son “una parte esencial de mi altar, de aquello que me hace, de aquello que me protege y de aquello que me define”.

El punto de partida de este libro, señaló, son unas fichas que Nadal ha realizado a modo de informe de lectura desde 1978, cuando tenía 16 años. “Hoy tengo 1.772 fichas, y en cada una anoto título, autor, editorial, un resumen, quién me lo ha recomendado, frases subrayadas y dónde lo he leído”. De ese conjunto Nadal seleccionó catorce obras para “Libroterapia”.

Siguiendo el título de su ensayo, Nadal piensa que “cuando te sumerges en un libro, ves que es mucho más grande que tú, que excede los límites de tu ego; y si no curan, como mínimo, cuidan y acompañan”.

Desde que fundó Plataforma hace diez años, Nadal ha conseguido construir una editorial que ya tiene un catálogo de 600 títulos, 12 empleados, siete de ellos fijos de menos de 30 años, y ha conseguido plantar un árbol por cada título publicado -450 en España y 150 en Etiopía-.

El editor, que en ningún modo pretende ofrecer su canon literario, ha seleccionado sólo 14 libros, por “pereza”, pero para facilitar su lectura, “simplemente son dos semanas de leer una voz cada noche”.

Nadal no esquivó el eterno debate entre libro en papel y digital: “Diversos estudios empiezan a demostrar que leyendo en papel se aprende más y mejor, y que leer en pantalla antes de dormir es peor. Además, no puedes tener afecto a un archivo digital, pero sí a un libro en papel”.

El editor hace en “Libroterapia” una “defensa del librero de cabecera”, porque “las librerías son la última frontera, los últimos sacos terreros que nos quedan ante la barbarie”. - Efe