- Son dos años de proyecto que ya se han convertido en una realidad palpable. Entre las manos, el primer libro de Emiliano Nieto, Heridas en la hierba. “Es una novela sui géneris”, dice con una sonrisa, un relato “sencillo, claro y ameno” que espera a los lectores desde las estanterías de varias librerías de una capital alavesa a la que el autor llegó en los años 80 del siglo pasado. “¿Te imaginas si todo el mundo estuviera como nosotros en esta sociedad del bienestar? ¿Si quienes vienen aquí jugándose la vida compartieran los privilegios que se dan en este continente en el que estamos? ¿Qué pasaría si todos buscáramos entendernos?” se pregunta en alto y entre las páginas de su debut literario.

Aunque “lo importante no es la trama en sí, sino lo que se quiere contar y qué es lo que se dice”, el libro responde al género de la unocría, creando una realidad alternativa plausible que toma como punto de partida la desaparición de un conocido y reconocible militar mientras se dirige a tomar por la fuerza el mando de un país que tampoco necesita de muchas presentaciones, más allá de que en estas líneas no sea conveniente dar demasiadas pistas iniciales. Un supuesto accidente aéreo cambia ese momento histórico y, por lo tanto, lo que sucede después. “Ahí es donde empiezo a desplegar la idea de que si todos nos entendiéramos, si nuestras ideas siguiesen los mismos o parecidos caminos, igual hasta seríamos capaces de crear un tipo de sociedad más tranquila, amena, relajada... incluso si me apuras, hasta humana”.

En este sentido, Nieto se sirve de personajes, momentos y monumentos reales a los que, en muchos casos, da la vuelta por completo, cambiando sus roles y significados históricos. En ese juego con el lector, el autor quiere servirse también de cierta línea irónica, sin dejar de lado “el componente poético” que contiene la novela. Al final, “lo que he hecho es inventarme una utopía que no es al estilo de Thomas More o Francis Bacon, ni siquiera de Artistóteles”, según confiesa.

De todas formas, ahora es el momento de quienes se acerquen a este Heridas en la hierba, de que cada uno se asome a estos “pensamientos filosóficos y vitales” con forma de ficción posible. Un libro que se ha ido trabajando a lo largo de estos dos últimos años, aunque ha sido el ánimo de los cercanos el que se ha traducido en la publicación de la novela. “Yo sólo tenía una idea, una inquietud”, sonríe. De hecho, fueron los compañeros y profesores universitarios con los que ahora comparte camino tras jubilarse del mundo de la aviación -en especial el doctor en Filología Vasca Asier Barandiaran Amarika- quienes le empujaron a la pista de despegue.

Con todo, el camino iniciado con la publicación de esta primera historia no se queda aquí. Sobre la mesa ya tiene un próximo proyecto en el que está trabajando. “Habrá un segundo libro, eso seguro. Luego ya veremos que aunque dicen que ahora vamos a vivir 140 años, no sé yo”. Todo llegará. De momento, es Heridas en la hierba el que pide paso y lectura.