bilbao - El grupo estadounidense Guns and Roses cumplió ayer con las expectativas generadas y convirtió el nuevo estadio San Mamés en la catedral del rock, a la que acudieron miles de fans procedentes de todo el Estado. No en vano, 20.000 de las 40.000 entradas vendidas para este concierto se habían adquirido fuera del País Vasco. Precedidos por Mark Lanegan y Tyler Bryant, los comandados por Axel Rose y Slash hicieron las delicias de sus seguidores recorriendo buena parte de sus grandes éxitos, algunos de ellos convertidos ya en clásicos del rock mundial. Con dos grandes pantallas a los lados del espectacular escenario creado para la presente gira Not In This Lifetime, los asistentes no se perdieron detalle del recital. - Efe