- “Aspiramos a convertirnos en un sitio en el que hay que estar si quieres saber qué está pasando con los nuevos creadores”. Así se expresó ayer José Luis Rebordinos, director del Zinemaldia, en la presentación de un certamen que trabaja en diversas iniciativas para “pelear” por los “nuevos talentos”. Además, dijo tener un Premio Donostia “prácticamente confirmado” para este año y también se mostró “optimista” sobre la presencia de cine vasco.

La sala Patio de Tabakalera acogió la rueda de prensa en la que se descubrieron los carteles de su 65ª edición, que se celebrará del 22 al 30 de septiembre. La imagen oficial, seleccionada entre las ocho propuestas de estudios y diseñadores invitados por el Festival, es obra del estudio donostiarra de diseño gráfico Husmee. El cartel está compuesto por una retícula de 24 fotogramas que cuenta la historia del número 65 y que juega con los conceptos de corte y montaje.

Todos los ganadores del concurso de carteles, al que se presentaron 1.620 trabajos, son donostiarras: Angel Aldarondo se impuso en dos secciones, Horizontes Latinos y Nuevos Directores, con las respectivas imágenes de un muro en el que un pintor expresa su “deseo de libertad” y un avión que busca “una nueva dirección”. Los aviones protagonizan también la imagen de Sara Zamarro para Zabaltegi-Tabakalera, mientras que Maite Rosende reflexiona sobre el cristal en su creación para Perlas y el estudio TGA apuesta por la austeridad en Culinary Zinema. El jurado lo integraron el diseñador Jorge Primo, autor de la imagen oficial de la 64ª edición; Miren Arzalluz, directora del Instituto Etxepare, y Lur Olaizola, coordinadora del programa audiovisual de Tabakalera, junto a dos miembros del comité directivo del Festival.

Nuevos talentos Entre las “pequeñas novedades” con las que el Zinemaldia pretende reforzar el papel de los jóvenes talentos destaca el Encuentro de Estudiantes de Cine, que durará un día más para permitir “una mejor distribución de sus actividades, de los encuentros de los estudiantes con profesionales y de las clases magistrales que se programarán”. Con el ánimo de lograr un encuentro “más ambicioso y abierto”, las proyecciones de los cortos de los estudiantes se abrirán a los espectadores de a pie.

Asimismo, el Festival “fortalecerá” sus actividades de industria y el Foro de Coproducción Europa-América Latina pasará de tener tres a cuatro días: el domingo servirá para los pitchings o presentaciones de proyectos, y de lunes a miércoles serán los encuentros entre profesionales. Esos días también echará a andar la iniciativa Glocal in Progress, cuyo objetivo será dar salida a trabajos europeos rodados en lenguas no hegemónicas.

Tras recordar que la sección Nuevos Directores incluye cada año unas quince óperas primas, Rebordinos destacó el esfuerzo del comité de selección por incluir las mejores en la Sección Oficial. Solo el año pasado hubo seis debuts de gran calidad en la pugna por la Concha de Oro; Lady Macbeth, que se acaba de estrenar comercialmente, es uno de ellos, y aunque incomprensiblemente no se hizo un hueco en el palmarés oficial, la crítica y el público aplaudieron unánimemente el buen olfato del Festival. “Este año no sé si habrá tantas óperas primas pero nos gustaría que hubiera como mínimo dos o tres para darles un altavoz mayor”, aseguró, convencido de que “cada vez va a ser más difícil tener premieres mundiales y europeas”. Por ello, intuyó, lo importante será que los festivales “tengan una personalidad propia” que Donostia quiere centrar precisamente en esas nuevas miradas.

También recordó que las citas como el Zinemaldia están dejando de ser festivales de nueve días para tener continuidad durante todo el año, y en ese sentido, recordó la participación del certamen en el programa de residencias internacionales Ikusmira Berriak, que se desarrolla en Tabakalera: en su primera edición se presentaron 37 proyectos y este año, en la segunda, 157. En el mismo edificio se ubicará Elias Querejeta Zine Eskol a, un proyecto “ambicioso y singular” impulsado por la Diputación de Gipuzkoa y relacionado “de manera orgánica” con Tabakalera, Filmoteca Vasca y el propio Zinemaldia, que participa en la escuela con la convicción de que será “muy importante”.

A su juicio, todos estos elementos ofrecen la “oportunidad de formar nuevos profesionales”. “En una ciudad como esta, con un centro como Tabakalera, con las instituciones trabajando alrededor del audiovisual, lo tenemos todo para poder apoyar a los nuevos talentos. Creo que en el futuro una de las partes más importantes del Festival va a ser esa pelea por los nuevos talentos y por convertirnos en un sitio en el que hay que estar si quieres saber qué está pasando con los nuevos creadores”, sentenció.

premio, películas y presupuesto Acompañado por su responsable de Comunicación, Ruth Pérez de Anucita, el director del Zinemaldia confió en que haya dos Premios Donostia como el año pasado, cuando lo recibieron Ethan Hawke y Sigourney Weaver, y aseguró que la organización tiene uno “prácticamente confirmado desde hace meses”. Según dijo, llevan “tiempo” hablando con esa persona susceptible de recibir el galardón y aunque “todo está a favor” y “todo encaja”, prefieren esperar a cerrarlo con mayor seguridad y anunciarlo, quizá, a mediados de junio.

Por otra parte, el comité de selección está visionando parte de la “importante” cosecha, “en cantidad y calidad”, del cine español, pero aún es pronto para saber cuántos títulos producidos en el Estado habrá en la Sección Oficial. Algo similar sucede con el cine vasco, respecto al cual Rebordinos se mostró “optimista”. “Parece que va a haber grandes películas -citó Aundiya, Operación Concha, Morir y Errementariak- pero estamos empezando a verlas y hasta entonces, no puedo saber si habrá película vasca a competición”, apuntó, al tiempo que se mostró “convencido” de que el cine vasco tendrá presencia también en algún otro festival internacional.

El presupuesto de Donostia para este año será de 7,9 millones, una vez que se han “consolidado” los 1.030.000 euros que pone cada institución: el Ayuntamiento, la Diputación, el Gobierno Vasco y el Ministerio de Cultura. Tras agradecer que durante la crisis no se hayan reducido las aportaciones, Rebordinos consideró que quizá ha llegado el momento de que puedan ofrecer algunas “partidas extra” para actividades como Glocal in Progress o para atraer a la prensa internacional.