Vitoria - “Llevo desde 2014 sin pintar un cuadro” confiesa con cierto fastidio Ernesto Murillo, Simónides. “Estoy centrado en el desarrollo de una historia que me come todo el tiempo”, así que la exposición que ayer se inauguró en Zas Kultur es como “un oasis, un paréntesis que me viene muy bien”. Hasta el próximo 10 de junio, el espacio de la calle Correría le abre sus puertas en una muestra que, como no es necesario andarse con muchas historias, se ha bautizado como Pintura.

El cuerpo central de la exposición lo conforma una docena de cuadros de distintos formatos, aunque en la sala también se pueden encontrar más alicientes. Por un lado, la reproducción en bucle de tres cortometrajes animados de carácter antibélico realizados en su día por Simónides contando con la colaboración, entre otros, del músico y compositor Bingen Mendizabal. Por otro, varios dibujos a modo de postal que son parte de los diarios gráficos llevados por el autor de Murchante, aunque residente en Álava desde hace décadas.

Además, Murillo va a llevar a cabo una obra efímera realizada de manera expresa para esta muestra, una intervención en el escaparate de Zas, que por cierto está a punto de cumplir su primer aniversario. Está previsto que esa pieza esté terminada para el próximo día 18, cuando el propio Simónides ofrecerá una visita guiada a la exposición, una cita que se producirá a partir de las 19.30 horas, siendo el acceso gratuito hasta completar el aforo. Esta actividad paralela tendrá continuidad el 1 de junio, cuando, a la misma hora, el artista protagonizará una conferencia en la que repasar su trayectoria y su vida. “Bueno, hablaremos de lo que la gente quiera si es que quiere”.

En lo que se refiere a la exposición en sí, el sello formal y de fondo de Murillo es patente a lo largo de todo el recorrido. “Lo único que intento es contar algo. En eso pintar y realizar cómic no se diferencian”. Tampoco en el recurso al humor y la ironía para abrir la puerta a la reflexión.

En ese proceso de creación constante, el autor asume que “pintar me cansa físicamente, teniendo que estar de pie; pero hacer cómic e historietas lo hace mentalmente, me deja como sin fuerzas”. Aún así, él sigue dibujando su camino, una trayectoria iniciada en los años 70 a la que ahora se suma una exposición en la que se recoge obra de diferentes épocas.