El escritor español Enrique Vila-Matas colecciona reconocimientos internacionales como el Rómulo Gallegos, el Médicis o el FIL de Literatura en Lenguas Romances, tal vez por aplicar a su obra la máxima de trabajar con elementos de ficción para llegar a ser realista.
“Para ser realista hay que trabajar con elementos de ficción como se demostró en El Quijote y con eso quedó probado para siempre”, señaló el autor en una entrevista en Bogotá, donde participa de la Feria Internacional del Libro (Filbo).
En el encuentro presentó su último libro, Mac y su contratiempo (Seix Barral), en el que se sirve de ese principio para escenificar el barrio barcelonés de El Coyote, basado en su propio lugar de residencia en El Eixample de la capital catalana.
“Para ir al otro lado del espejo es muy difícil que lo atraviese, es un fetichismo instalarse en la realidad misma, una cosa es la realidad y otra cosa con lo que escribes”, apostilló.
Es por eso que considera que “todos los escritores son realistas”, aunque a veces la ficción se va pareciendo progresivamente al punto que retrataron como le sucedió a Leopoldo Alas, Clarín, con el bosquejo que hizo de Oviedo en La Regenta. Eso cree que le pasó con El Coyote, ya que cada vez se parece más la ficción que describió a la realidad del barrio.
La última novela tiene mucho humor según su autor.