Bilbao - A lo largo de la Historia, el cine ha reflejado diferentes modelos de mujer: sexuadas, madres abnegadas, santas, mujeres objeto... ya que el séptimo arte ha sido siempre un vehículo eficaz para trasmitir mensajes patriarcales. Sin embargo, han existido personajes femeninos que han dinamitado los códigos cinematográficos y se han impuesto como heroínas. Este es el tema escogido por la doctora en Historia María Castejón Leorza, que ofrece en Iruñea durante este mes de mayo, en el Civivox del Ensanche, un curso titulado Criaturas cinematográficas. Mujeres rompedoras, desde el cine clásico hasta la actualidad.
Pero no todos los productos audiovisuales deben tener solamente la misión de educar y poner sobre la mesa las desigualdades, “también pueden y deben servir para la diversión, la evasión y el sueño, a veces vamos al cine para no pensar y pasárnoslo bien”, explica Castejón. Sin embargo, al margen de ese factor de entretenimiento, la historiadora asegura que “tampoco hay un interés por fomentar una conciencia crítica audiovisual, de saber que, por ejemplo, detrás de La bella y la bestia hay muchas cosas”.
Castejón, que ha dedicado toda su vida académica a estudiar temas relacionados con las mujeres y el cine, colabora actualmente en la revista Pikara Magazine y cuenta con un blog llamado Las princesas también friegan. En su opinión, “el cine es una profesión tradicionalmente masculina”, y las mujeres que han tenido la oportunidad de trabajar en este espectáculo “lo han hecho, casualmente, en puestos tradicionalmente femeninos, como peluquería o vestuario, es decir, con todas las labores que han ejercido históricamente las mujeres”.
Como ejemplo, establece el número de directoras de fotografía que existen actualmente: “Son muy pocas las que se dedican a esta parcela. En comparación entre hombres y mujeres, directoras hay muchísimas menos, porque ¿qué es dirigir? Es un puesto de poder, y por eso los hombres han tenido más presencia”.
A esto añade los presupuestos que se les otorgan a las mujeres cuando logran este tipo de tareas de responsabilidad: “Este es un dato muy significativo, porque los hombres suelen disponer de mucho más capital. En el séptimo arte, en según qué puestos, las mujeres son todavía una minoría muy minoría”. “Soy de la generación que fue joven en la década de los años 90, y creo que siempre ha existido la idea de que, desde el momento en el que las mujeres habían conseguido el derecho al voto, ya iba a llegar todo lo demás rodado, pero no, la igualdad de oportunidades total es algo muy complejo”, afirma Castejón.
Por ello, la doctora cree que “para los años que las mujeres llevamos teniendo presencia en el ámbito público, que puede ser desde finales de los 70 o comienzos de los 80, todavía no han cambiado tanto las cosas. No porque vayan a pasar 50 años las mujeres van a representar un 60% en estos trabajos, la Historia nos dice que no es así. Tienen que cambiar muchísimo las cosas, factores que son estructurales, y eso es algo mucho mas complejo”.
Ante la cámara Para la historiadora la situación varía un poco en cuanto a la evolución que ha tenido el papel de la mujer ante las cámaras. “Se han diversificado muchísimo los tipos de mujeres que aparecen como personajes en el cine. Por supuesto hay más cine del que conocemos y personajes super rompedores, aunque todavía funciona y se ven personajes de mujer santa, de madre cuidadora, madre que se sacrifica, o incluso la mujer objeto”, explica Castejón.
A este respecto, señala que hay muchas actrices que han roto con esa imagen, como Katherine Hepburn o Barbara Stanwyck, “o incluso Concha Velasco o Carmen Maura en la actualidad”. A este respecto recuerda la película Thelma y Louise, de la que el pasado año se cumplió el 25 aniversario: “Siguen siendo personajes que tienen mucha fuerza y el tema es muy vigente. Impresiona que después de 25 años sea un argumento tan actual, y continúe como modelo de referencia”.
Cine vasco A pesar de considerar “el matriarcado vasco como un auténtico mito”, Castejón señala que es un tema que ha quedado recogido en el cine vasco. “Existe el patriarcado, que es un sistema de poder en el que los hombres tienen todo el poder económico y político, pero el matriarcado vasco no, de hecho las mujeres en Euskadi ni siquiera podían heredar el caserío, aunque es cierto que había mujeres con gran carácter”, agrega la historiadora.
En ese sentido Castejón apunta la película Amama, dirigida por Asier Altuna en 2015, como ejemplo “porque en ella se reivindica el protagonismo de las mujeres y se critica la construcción patriarcal”. “Los filmes ambientados en Euskadi cuentan con paisajes muy determinados, y además pueden rodarse en euskera. Sin embargo, creo que cualquier tema es válido en cualquier lugar, porque las miradas temáticas son universales”, concluye Castejón.