Madrid - Con la aguja de las horas pendiente de sus dos hijos y el minutero felizmente parado desde hace años en la estabilidad sentimental, el donostiarra Álex Ubago vuelve casi cinco años después con una colección de canciones rezagadas, pues cantan a un estado de ánimo que poco tiene que ver con el actual. “No sé si el desamor luce más, pero en mi caso siempre ha sido más recurrente e inspirador, aunque también me inspire mucho la parte positiva”, señala el autor de canciones como Sin miedo a nada o Me muero por conocerte en una charla con motivo de la publicación de Canciones impuntuales (Warner).
Mucho tiempo ha pasado entre este álbum, plagado de historias de rupturas, y Mentiras sinceras (2012). A este respecto, hasta el propio Ubago (San Sebastián, 1981) reconoce el riesgo de mantenerse tanto tiempo alejado del mercado y de las emisoras. “No ha sido algo planeado. Los tiempos los marcó mi actividad, la autoexigencia de no entrar a grabar hasta estar convencido de los temas, y el hecho de que los dos primeros años los dediqué a la gira del anterior álbum, que se alargó mucho, sobre todo en América”, explica el músico, que llegó a residir en Miami, México y Buenos Aires.
nuevo productor En este paréntesis entre producciones también influyó el hecho de que su familia creció con un nuevo miembro, su hija Manuela. “Mi carrera antes era mi prioridad absoluta y ahora, con dos niños, sí me planteó equilibrar la balanza entre lo personal y lo laboral, aunque la ilusión por hacer música sigue igual”, asegura. Fruto de una sesión de composición con su amigo David Feito, surgieron algunas canciones, en principio más rock, que fueron creciendo hasta sumar 50, un número que finalmente se redujo a los once temas del disco. Canciones impuntuales ha sido producido por el español Pablo Cebrián, cuyo trabajo previo con artistas como Manuel Carrasco, Marwan o Conchita despertó el interés de Ubago, quien destaca de él su carácter “polifacético”, su capacidad como multiinstrumentista y “un espíritu de trabajo y de sacrificio brutal”.
El álbum lo abre Míranos, balada que “tiene mucho de Sin miedo a nada en cuanto a intensidad y cierto aire en su estructura armónica”, si bien narra un desenlace contrario. - J. Herrero