Amurrio - Para Egoitz Palacios estos últimos meses han sido un no parar. De hecho, él es el técnico de sonido de la asociación cultural Burubio de Amurrio y, por consiguiente, la persona sobre la que ha recaído la mayor cota de responsabilidad a la hora de sacar adelante el proyecto con el que el proyecto ha querido celebrar su primer aniversario como sala de conciertos: la grabación de un disco.
Lo han titulado Burubio E. Vol.1, saldrá a la venta este mes de mayo y lo integran once temas inéditos de los grupos, de muy diversos estilos, que ensayan en las instalaciones del pabellón número 19 del polígono industrial de Maskuribai, donde se encuentra su sede. “En realidad, estamos catorce grupos pero The Monkey Painters hacen versiones de rock, y Deimocracy y Ezberdin Jacks, que son bandas de metal melódico y punk, aún no habían empezado a ensayar en Burubio cuando ya teníamos realizadas las grabaciones, y por eso no han podido aportar su granito de arena”, explica Palacios.
El resto sí ha tomado parte en lo que ha resultado “el primer disco grabado en nuestro estudio y un trabajo muy enriquecedor, ya que lo conforman grupos de todos los estilos y buenos músicos”, subrayan. De hecho, las canciones van desde el stoner rock de Astarte (el trío que venció en el primer certamen de maquetas de Artziniega), el hard rock en euskera de Agian o el rock euskaldun de Pöpatik; pasando por el reggae dancehall de Lyrikan, el ska rock de Patx&Run, o la profundidad temática en acústico del cantautor Jokin Arias (Perdido entre ilusiones); hasta los sonidos más extremos de Lupulo e Izatefaltsua (thrash metal), Ikaära (grindcore), Nakkiga (black metal) y Fabrika de Idiotas (metalcore), esta última la banda en la que milita el propio Palacios.
El primer concierto El objetivo del trabajo pasa por conmemorar que el pasado 27 de abril se cumplió un año desde el primer concierto que inauguró su flamante escenario. “Como asociación llevamos desde principios de 2016, pero la víspera de San Prudencio del año pasado fue cuando nos estrenamos como sala de conciertos”, recuerdan. La inauguración de su ya peculiar sala, cubierta de ladrillo anaranjado (símbolo del recinto presente en la portada del disco), corrió a cargo de los grupos Patx&Run, Frenetik y Atxurre, aunque después han desfilado por allí cerca de medio centenar de formaciones de todos los estilos, tales como el reggae de Gwa Ya, la cita de música extrema Embriones Fest, el pop rock de Seiurte, o el rock en femenino de Free The Wheel y Moonshakers, sin olvidar a otros nombres como Anari, Kokein, Niña Coyote eta Chico Tornado, Hightlights, Arenna, Fetitxe, o Mushkum, el nuevo grupo de Luis Vil que presentó su primer larga duración Denbora, el pasado 22 de abril, junto a Iratxe Mugire.
Con todo, Palacios reconoce que la actuación que marcó un antes y un después, en cuanto a asistencia de público, fue la de Zea Mays en febrero. “Viene más gente de fuera que de casa, no sabemos si porque para llegar hasta aquí hace falta coche, pero lo cierto es que estamos muy contentos con la acogida que está teniendo la sala hasta para los propios grupos que, como no cobramos, les interesa tocar”, matizan. Las próximas en pasarse por el recinto y para sellar su despedida, además, serán las componentes del cuarteto femenino de música euskaldun de Llodio, Uluka. Lo harán el 20 de mayo, y a ellas les sucederán el 3 de junio los gasteiztarras Childrain, acompañados de The Descent y los locales Agian.
De igual forma, para el 9 de junio ya esta confirmada la actuación de Mikel Urdangarin. “No hemos querido programar nada más porque a partir de San Prudencio llega muy mala época, entre los Otxomaios de Orduña o el Gazte Eguna de Amurrio del 10 de junio? vamos que organizar bolos para que se solapen con fiestas en la comarca y no venga nadie, no merece la pena”, confiesan.
Convenio inminente Además de su escenario y sala de conciertos (para actuar contactar por Facebook o mediante el e-mail burubioke@gmail.com), la asociación cultural Burubio gestiona 400 metros cuadrados en los que cuentan con ocho locales de ensayo insonorizados, un estudio de grabación comunicado con una sala de uso polivalente y la propia sala de conciertos, así como una oficina, un almacén, un camerino, servicios y red wifi. En definitiva, un lujo de instalaciones que la asociación también alquila para rodajes de videoclips, spots, y cortometrajes, o trabajos de fotografía y similar. “Para actuar, como señalaba antes, no cobramos, pero para usar el estudio de grabación sí, ya que -a parte de que ofrecemos un servicio técnico profesional- también debemos hacer frente al pago de un alquiler mensual por el uso de las instalaciones que gestionamos”, explica Palacios.
Y es que, hasta ahora, los de Burubio se han estado autofinanciando mediante los 40 euros de la cuota anual de sus socios, y lo que aporta cada colaborador -como pueden ser los grupos que ensayan en el recinto- por el uso habitual de las instalaciones. Una situación que va a cambiar pronto gracias a un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Amurrio. “Nunca hemos recibido la subvención ordinaria como asociación cultural, porque jamás la hemos pedido, pero el acuerdo que vamos a firmar nos otorgará una ayuda, a cambio de la que nos comprometeremos a organizar actividades para el municipio tales como fines de semana musicales, concurso de maquetas, propuestas para fiestas, cesión de espacios para ensayos de la escuela municipal de música y similar”, enumeran.
Burubio también ha llegado a organizar talleres de desarrollo de videojuegos y aplicaciones, y de grabación con cámaras fotográficas DSLR audiovisuales, pero “tuvimos que suspenderlos por falta de interesados”, lamentan. Lo que sigue en pie es la disponibilidad de su espacio para propuestas de todo tipo de exposiciones de aquellas personas relacionadas con el mundo del arte en sus diversas modalidades ya sea música, teatro, pintura, escultura, fotografía, danza o cine, entre otras.