Vitoria - Segundo paso hacia su decimoquinto aniversario -que se celebrará el día 26- y desde la reapertura de sus salas tras los meses de cierre por las obras para cambiar el suelo. Toda vez que la semana pasada inauguró la primera retrospectiva en Europa de la artista Liliana Porter (Diálogos y desobediencias), Artium suma desde ayer hasta el próximo 17 de septiembre una nueva muestra, protagonizada en esta ocasión por el artista donostiarra Juan Pérez Agirregoikoa. “Estoy casi como en casa” afirma el autor, consciente no ya de que el museo de la capital alavesa guarda en sus fondos varias de sus piezas de los últimos 25 años sino también del seguimiento permanente que el centro hace de su trayectoria.
De hecho, aunque Treinta y ocho de julio / Treinta y siete de octubre no quiere ser una retrospectiva sí lanza de manera mayoritaria una mirada a los últimos 15 años de producción de Agirregoikoa. “Ésta es una exposición, por así decirlo, de recorrido, de posición de artista, de mitad de carrera, un balance” de lo hecho mientras se dan pinceladas de por dónde puede ir el futuro, según explica el comisario Peio Aguirre, quien subraya que “ésta es su exposición más importante hasta la fecha”. Un recorrido que sirve para ahondar junto al creador en los cuatro aspectos que de manera recurrente han ido conformando sus inquietudes a la hora de expresarse artísticamente: la educación, el poder, el deseo y la ideología.
“Ver una obra de Agirregoikoa es como tomarse una píldora de ironía, de mordacidad implosiva que te termina por explotar en el cerebro. Es todo un ejercicio de ironía inclasificable”, advierte Castillejo, a lo que Aguirre suma que es fácil rastrear en el camino del donostiarra -que reside la mitad del año en París desde los 90- “un humor mordaz y soterrado pero también elegante”.
Más modesto, tal vez algo abrumado, el protagonista aclara que en ningún momento pretende “adoctrinar al visitante; ni quiero ni sé”, sino cuestionarse aquello que fundamenta la sociedad tal y como es hoy en día, heredera de un siglo XX al que alude desde el título (un juego de calendario entre el golpe franquista del 18 de julio y la Revolución Rusa) pero también en no pocas de las obras presentes entre las paredes de la Sala Sur de Artium. “Todavía estamos en proceso de imaginar cómo va a terminar siendo de verdad el siglo XXI. De momento, todo lo que nos pasa está vinculado a lo que sucedió en el XX. Supongo que yo también me tengo que considerar un artista del pasado”, ironiza.
En realidad, y aunque los creadores no lo hayan pretendido así -otra cosa es el museo-, los trabajos que Porter y Agirregoikoa tienen sus claras diferencias (sobre todo, estilísticas) pero también evidentes vasos comunicantes, relacionados tanto con varias de las temáticas tratadas como con el uso del humor para, tras él, invitar a la reflexión sobre una actualidad marcada por el pasado reciente y un ritmo de vida actual que se califica como frenético, una velocidad contraria al pensamiento y, en ocasiones, también al propio hecho creativo.
En el caso del autor donostiarra, su marca de la casa se puede seguir sin problemas en pancartas, dibujos, acuarelas y demás, obras que se suceden en distintos formatos a lo largo de una muestra que también se rompe con la presencia de dos vídeocreaciones, destacando Letra morta/Dead Letter, realizada con motivo de la Bienal de Sao Paulo de 2014 y en la que Agirregoikoa da un buen repaso a los fundamentos del capitalismo tomando como punto de partida El Evangelio según San Mateo de Pier Paolo Pasolini. De hecho, las cargas de profundidad se van sucediendo con piezas como Lalangue Lavion (2011), dos grandes pancartas que fueron colocadas a modo de anuncios comerciales en la cola de una avioneta que voló sobre la costa vasca hasta las playas de Donostia en el verano de aquel año. En una se puede leer Marx, I love U. Will you marry me? (Marx, te amo. ¿Te casarías conmigo?), y en la otra Il y a un ennemi (Hay un enemigo).
La obra más reciente es Radio(a)phonie, vídeo sobre la relación entre política y educación hecho de manera específica para esta muestra basado en el mito de la caverna de La República de Platón. Una propuesta que sumar a esta exposición producida por Artium junto al Centre d’Art La Panera de Lleida, a donde la exposición viajará en otoño tras cerrar su periplo en un Artium que la próxima semana añadirá más regalos a su aniversario.