Méndez de Vigo tampoco se quedó atrás y entró al juego, recordando el estribillo de una canción de Luis Eduardo Aute: “Cine, cine, cine, más cine por favor, que todo en la vida es cine y los sueños, cine son”.

Y precisamente, en un sueño, como dice Aute, se han quedado todas las reivindicaciones del sector cinematográfico, que tenía esperanzas de que se diera marcha atrás a una medida que adoptó el Ejecutivo español en 2012, cuando después de prometer en campaña no subir impuestos, hizo exactamente lo contrario, subir el IVA de los espectáculos en directo de un 10 a un 21%, como si se tratara de un producto de lujo. En el paquete de la subida del IVA estaba también el cine, no en cambio en el de la bajada.

El sector ha sido el más crítico y combativo con el 21%, y sin embargo, Hacienda ha decidido bajar el gravamen a los conciertos, representaciones de teatro y danza y espectáculos taurinos. El cine se queda fuera del pacto entre el Gobierno y Ciudadanos sobre los Presupuestos Generales del Estado, a cuyo proyecto de ley dio hace unos días luz verde el Consejo de Ministros. El 21% de IVA actual supone una de las tasas más altas de la zona euro. Francia tiene un impuesto cultural del 5,5%; Alemania e Italia, uno del 10%; y Portugal, del 13%.

El ministro de Cultura ya lo ha advertido: “No podemos bajar el IVA de las entradas de cine hasta que no se vuelva a la senda del déficit”.

¿Medida coyuntural? José Portela es la cabeza visible de IBAIA (Asociación de Productoras Independientes del País Vasco) y vicepresidente de la Confederación de productores audiovisuales españoles (FAPAE). Reconoce que cuando se anunció la decisión no les pilló de sorpresa. “Ya nos habían comunicado que se iba a retrasar, que este año no habría reducción. El hecho es que seguimos igual, la subida iba a ser una medida coyuntural, pero van pasando los años y seguimos exactamente igual. Es poco serio y un incumplimiento de la palabra dada”, se queja Portela.

Para el presidente de IBAIA, “al final, la decisión del Gobierno la estamos pagando todos. El ciudadano, a quien le resulta más caro acudir al cine, los productores, los distribuidores y los exhibidores”.

El Gobierno mantiene el gravamen al 21% -el mismo que los productos de lujo-, por su impacto en la recaudación. Una explicación que no convence a los agentes culturales, que aducen que “no hay razones objetivas para excluir al cine” de esta rebaja. “Las opiniones por las que nos han dejado fuera en este aspecto están muy divididas. Para algunos ha sido porque no somos un sector muy del gusto del gobierno, sobre todo, a raíz de las protestas de la guerra de Irak. Yo creo que hay un sector importante, tanto en el Ministerio de Cultura como en el PP, que no está de acuerdo con no reducir el IVA”, explica Portela.

Méndez de Vigo ha anunciado un incremento de las ayudas al cine, que pueden llegar hasta los 70 millones este año, pero la cifra vuelve a estar en cuestión, ya que se deben abonar también las ayudas a las películas producidas en 2015, que aún no se han recibido. “Es una cuestión técnica; lo cierto es que el cine no va a contar con más ayudas, porque se van a destinar a pagar deudas anteriores. Es humo. Lo que tienen que hacer es una comparativa con el resto de los países europeos. Tenemos el IVA más caro de todos los países de referencia y la menor cuantía de ayudas cinematográficas. En Francia, se destinan casi 10 veces más en ayudas; en Italia, cuatro... Son datos muy significativos. Estamos a la cola en Europa”.

incentivos fiscales Portela reclama también mayores incentivos fiscales, para compensar los recortes en las ayudas directas al cine, “en el caso de las del Instituto Español de Cinematografía y Artes Audiovisuales del 50% en cinco años. A veces, se nos argumenta que el cine en Estados Unidos no tiene ayudas públicas, pero esto no es así. La producción cinematográfica norteamericana tiene ayudas fiscales superiores a las de aquí. Algunos de los estados cuentan con incentivos muy interesantes para realizar las producciones allí. Lo que habría que preguntar es cuál es la cuantía total de las arcas públicas que se destina al apoyo de la cinematografía. Ese es el dato comparativo objetivo para saber si el cine está considerado por el gobierno como un sector estratégico o no”.

taquilla El panorama es poco alentador también para los distribuidores y exhibidores con base en Euskadi, que llevan años ofreciendo distintas promociones para subir el índice de espectadores que va en detrimento en los últimos años. “Las taquillas se salvan muchas veces con dos o tres títulos exitosos al año. Esto pasa en todos los países europeos”, explica Portela.

Entre estas iniciativas, está la ya consolidada fiesta del cine, que debido a su éxito, ha pasado de ser una cita anual a semestral. Durante tres días, la reducción de los precios de las entradas suele convocar a miles de personas a las salas y devuelven esas imágenes de colas y entusiasmo por el séptimo arte que no son tan comunes durante el resto del año.

Pero estas fiestas del cine tienen, no obstante, sus limitaciones. Los exhibidores argumentan que sería insostenible para sus cajas más veces al año, más aún si el Gobierno mantiene el IVA cultural al 21% solo para el cine.

Precisamente, la XII edición de la Fiesta del Cine se celebrará del lunes 8 al miércoles 10 de mayo. Durante esos tres días, los precios de las entradas a las salas bajarán a 2,90 euros. La iniciativa aspira a lograr al menos un millón de espectadores en el Estado, que fue el objetivo mínimo que sus organizadores establecieron para cualquier edición. Las fiestas del cine se celebraron por primera vez en junio de 2009 y desde entonces acumulan más de 15,6 millones de espectadores. La anterior cita, celebrada el pasado mes de octubre, marcó un nuevo récord: 2,6 millones de entradas vendidas en el Estado.