Vitoria - No para. Reconoce, además, que le encanta poder estar “picoteando” en la televisión, el cine, la literatura... “aunque el teatro es algo especial”. Sobre las tablas empezó en el colegio y en ellas sigue para llegar este sábado a la capital alavesa con Comedy zoo, para cuyas dos sesiones todavía quedan entradas.
¿Le trataron bien durante la Copa del Rey de baloncesto?
-Joder, por eso vuelvo (risas).
La de cosas que hay que hacer...
-Si las haces con gusto, salen mejor. Nunca había hecho una fase final de la Copa del Rey y la verdad es que fue algo muy bonito. Me gusta el basket y sentir cómo se vive el baloncesto en Vitoria-Gasteiz, en el Buesa Arena, es un lujazo.
Regresa ahora junto a Santi Millán y Javi Sancho. ¿Buena compañía o mejor salir corriendo?
-Buena y en todos los sentidos. Santi y yo nos conocemos desde hace muchos años. Y a mí me gusta trabajar con buenas personas y buenos profesionales. Santi es tanto una cosa como la otra. A Javi, que viene de la mano de Santi, no le conocía, pero ya llevamos unas cuantas actuaciones juntos y la verdad es que te puedo decir que ambos son dos excelentes cómicos y dos muy buenos compañeros de viaje.
Lo único, no sé es si está la situación para hacer mucho humor porque parece que ahora cada vez que alguien abre la boca le pueden atacar desde demasiados frentes.
-También depende del humor que hagas. Yo es que siempre he sido... iba a decir incorrecto pero es que creo que la corrección política mata al humor. Se puede hacer humor de muchos colores. Siempre he intentado hacer algo con lo que me sienta cómodo y luego si te tienes que comer alguna hostia, pues qué le vamos a hacer. Me acuerdo, precisamente con Santi, de los tiempos en La Cubana. Hacíamos cosas en la calle y alguna vez nos llevamos alguna hostia literal porque hacíamos cosas que, de repente, a la gente no le gustaban. Claro, hay gente educada que te muestra su disconformidad pero con respeto y luego hay quien te suelta una leche o una condena en un tribunal. Al final, la peor censura es la autocensura. Que las cosas se ponen malas, pues hacia adelante, qué le vamos a hacer. Ya vendrán tiempos mejores.
Ahora que menciona a La Cubana, con la tontería hace 30 años que empezó con esta compañía y hasta hoy. ¿Cuánto camino recorrido, no?
-Es que era un niño (risas). Mira, el otro día estábamos celebrando el Día Internacional del Teatro, estábamos varios compañeros hablando y me puse a contar. Me salió que llevo más de 2.500 veces que me he subido a un escenario. Y eso sin sumar actuaciones en la calle, las representaciones con el grupo de teatro aficionado que teníamos en el colegio... Claro, con La Cubana hicimos muchas cosas y luego he tenido la suerte de estar en espectáculos que han funcionado muy bien, como 5hombres.com, en el que también estaba Santi, y Terrat Pack, con Andreu Buenafuente y Berto Romero. De todas formas, siempre es bueno que te lleguen esos nervios como si fuera la primera vez que vas a salir a escena porque debes tener presente que nadie te regala nada por mucho que hayas hecho esto o lo otro. Si este sábado en Vitoria no estás a la altura, la gente no se lo pasa bien, no tienes nada que celebrar o de lo que sentirte orgulloso.
Les tocas dos sesiones seguidas en el Principal. ¿Mucho esfuerzo físico y mental?
-El cuerpo se lo trabajan Santi y Javi, que están todo el día con lo del deporte, salen a correr, en bici... lo mío es más la cabeza (risas). A veces parece que los cómicos somos unos descerebrados que nos presentamos en los sitios y decimos: ¡venga, que entre la gente que nos vamos a echar unas risas!. No, no es eso. Llevas un material que has trabajado mucho, que has testado, que has ido mejorando y que quieres presentar lo mejor posible, así que hay que estar en condiciones. Hombre, Vitoria es un peligro porque como te pongas a ir de pintxos puedes llegar al Principal embotado y oliendo a zurito (risas). Pero no va a ser el caso, que vamos con el mono de trabajar, que por mucho que nos guste y que nos riamos, esto es un trabajo y la gente va a pagar su dinero por ir a vernos.
¿Cada uno hace su parte y luego tienen momentos conjuntos o cómo se estructura el montaje?
-Nos gusta mucho juntarnos. Cuando Santi y Javi me dijeron de apuntarme a este proyecto, les comenté que me parecía muy raro que saliese el primero a escena y que el tercero no lo hiciese hasta una hora después. A nosotros nos gusta jugar con la gente, salimos los tres al principio, hacemos unas coñas sobre quién empieza o no, nos metemos entre nosotros, nos sorprendemos porque nos guardamos pullitas y luego cada uno tiene su monólogo pero siempre con los otros dos entre bambalinas por si acaso (risas).
Con todas las cosas que ha contado ya en monólogos, ¿dónde encontrar nueva inspiración para no repetirse?
-Siempre hemos trabajado mucho con la actualidad, incluso cuando estábamos en La Cubana. Siempre acabas mirando al mundo y, oye, el mundo te sigue sorprendiendo por lo que decías antes. Mira, parece que ahora se ha puesto de moda contar chistes de Carrero Blanco. Pues vamos a soltar alguno, ¿no?. Y te sorprendes porque algo que parecía que se había olvidado ya hace 30 años da la impresión de que está otra vez de actualidad. Hay que aprovechar esa ola (risas). Bromas a un lado, también hablamos bastante de nosotros porque es importante reírse de uno mismo para luego poder reírte del mundo. A mí, además, me gusta meterle al monólogo cosas de los sitios en los que estás. Por ejemplo, el lunes me llamó un amigo para invitarme a ver el Espanyol-Alavés de este sábado y le dije: pues no te lo vas a creer pero justo ese día estoy actuando en Vitoria. Claro, algo del partido hay que comentar en el espectáculo.
Pero para bien.
-Yo siempre a favor del equipo de casa. Soy monologuista pero no tonto (risas).
Bueno, monologuista y muchas más cosas porque no para usted con el cine, la televisión, el teatro, la literatura... ¿No se cansa?
-Mi madre me dijo una vez que había leído que me llamaban una cosa muy rara en una entrevista. Polialgo. ¿Polifacético?, le pregunté. Y me dijo: ¿pero eso es ser pluriempleado, no? (Risas). Dio en el clavo. Me lo paso muy bien en diferentes medios y me gusta mucho hacer lo que llevo a cabo. Pero sí es cierto que soy muy de picotear, a lo mejor un poco inconstante, un poco culo de mal asiento. Es que me lo paso bien en la variedad. Me gusta la tele, el cine... Es verdad que desde que decidí machacar más el tema de los monólogos me lo estoy pasando muy bien en el teatro. También es el medio en el que empecé. Es lo que más he hecho en mi vida. Me gusta esa inmediatez, esa sensación que compartes con el público de que lo que está pasando aquí y ahora es algo único. Eso sí, mientras pueda seguir haciendo cosas diferentes, hacia adelante.