Vitoria - En febrero de 2015 visitó por última vez Blanca Portillo el escenario del Principal, aunque en aquella ocasión lo hizo teniendo entre sus manos su propia visión del Don Juan Tenorio. Ahora regresa, esta vez en compañía de José Luis García-Pérez y bajo la dirección de Juan Mayorga -que también es responsable de la autoría- para estar de nuevo frente al público en la puesta en escena de El cartógrafo.

Será, como es habitual, a partir de las 20.30 horas cuando ambos intérpretes se encuentren, dentro de la actual programación invierno-primavera de la red municipal de Teatros, con un público que está a punto de colgar el cartel de completo. De hecho, quedan muy pocas butacas libres, todas ellas en el anfiteatro segundo a un precio de 6 euros.

Estrenada en Valladolid en noviembre del año pasado, la obra presenta una reflexión sobre la necesidad de luchar contra el olvido y apelar a la responsabilidad. Para ello, Mayorga, partiendo de una experiencia personal, sitúa la acción en la Varsovia actual y en la que fue escenario de la ocupación. “El teatro no puede hacer del espectador un testigo, pero acaso sí un portador de testimonio. No puede resucitar a los muertos, pero sí construir una experiencia de la pérdida. No puede hablar por las víctimas, pero sí hacer que se escuche su silencio. El teatro, arte de la palabra pronunciada, puede hacernos escuchar el silencio. El teatro, arte del cuerpo, puede hacer visible su ausencia. Y así, ayudarnos a ser más críticos y combativos, más vigilantes, más valientes contra la dominación del hombre por el hombre. Al proyecto de olvido de los verdugos y de sus herederos debería oponerse un teatro de la memoria que participe en el combate contra la docilidad y el autoritarismo”, escribe Mayorga para presentar su particular respuesta a este reto.

Para hacer realidad el propósito, el autor y director sitúa a sus personajes ante la leyenda del cartógrafo del gueto, “un viejo se empeñó, mientras todo moría a su alrededor, en dibujar el mapa de aquel mundo en peligro”. Aunque tal vez Varsovia pueda ser muchos otros lugares.