Vitoria - Cada día una representación diferente tomando como referencia los maratones de baile propios de las décadas de los 20 y los 30 del siglo pasado. Bajo esta idea nació Danzad malditos y desde su estreno los llenos se han convertido en una costumbre para el montaje dirigido por Alberto Velasco. Sin olvidar los galardones, Max incluido. Gasteiz no podía ser una excepción. La producción llega hoy al escenario del Félix Petite dentro de la programación invierno-primavera y el teatro del centro cívico Ibaiondo tiene todo vendido.

Los fundamentos de la pieza -que toma como referencia la película Danzad, danzad, malditos (They shoot horses, don’t they?) aunque de manera muy libre- son siempre los mismos: una serie de personas que se encuentran en dificultades económicas acuden a un maratón de baile para conseguir el premio en metálico. Eso sí, a partir de ahí, cada representación es distinta puesto que no está predeterminado quien va siendo eliminado, quién gana y cómo se va desarrollando la acción.

“Las parejas luchan en directo por continuar en la obra. Sucesivamente se van eliminando las parejas que no superan las pruebas de resistencia, estética, azar? solo siguen adelante los ganadores. Cada función es una carta en blanco abierta a ser escrita por las parejas que lo merezcan, cada función es distinta de la anterior? y encierra toda la fuerza de la supervivencia”, explica Velasco. “No se trata de un juego de improvisación, sino de un juego vivo, de un cubo rubik teatral”, apunta el dramaturgo Félix Estaire. - C.G.