Vitoria - Fomentar el euskera y la creatividad de los jóvenes. Sobre estos dos grandes objetivos, Arabako Bertsozale Elkartea, con la colaboración de la Diputación Foral de Álava, viene desarrollando un programa destinado a personas de entre 14 y 18 años, una propuesta en la que el bertso se une a la música y otras disciplinas artísticas. Hasta el momento (todavía queda alguna cita en Llodio por llevarse a cabo), la iniciativa se ha venido desarrollando en 18 centros escolares del territorio contando con la participación de un millar de estudiantes. Ahora, eso sí, Bertsoa Bizi Gazte sale de las aulas.
Lo hace con un concurso audiovisual que ya está en marcha. El certamen busca a jóvenes de entre las edades ya mencionadas que formen grupos de entre 3 y 8 personas. A ellos y ellas se les pide que elaboren un vídeoclip de, como mucho, dos minutos en los que el bertso y la música de cualquier estilo sirvan para que los participantes se expresen y crean sobre la temática que quieran (la información concreta sobre las bases se puede consultar en www.nibanaxarabakoa.eus).
El 5 de mayo se cerrará el plazo de recepción de propuestas, que se podrán ir viendo a través de Internet (Instagram y YouTube), aunque el camino se cerrará el 13 del mismo mes en Legutio con un encuentro de las personas implicadas, una fiesta en la que se proyectarán las piezas realizadas, se entregarán los perceptivos premios y se propondrán otras actividades paralelas, como conciertos y una comida popular.
“La cuestión es que la gente disfrute con el euskera y sea capaz de crear con él. Cuando estamos en esas edades de entre 14 y 18 años, es cuando solemos tomar conciencia del uso del euskera sin que signifique que es una asignatura. Es cuando se suele tomar la decisión de hablarlo, y nosotros queremos favorecer esa situación y hacerlo a través del bertso”, explica Julen Zulaika, coordinador de la iniciativa.
Con el concurso se da continuidad a la labor hecha en los centros escolares, donde a los jóvenes se les ha propuesto unos talleres donde el bertso y la música han servido para “jugar a crear”. Cada cita ha terminado con la actuación de los participantes antes sus compañeros.