Caracterizar a artistas del ámbito local como sin techo y retratarlos a través de la fotografía para visibilizar tanto las situaciones de penuria por las que pasan muchas personas -máxime en el contexto de crisis económica- como quienes, de manera específica, se dedican a la creación cultural. A grandes rasgos, con este propósito se llevó a cabo el año pasado el proyecto Invisibilidad compartida, que terminó cristalizando en una exposición que se pudo ver tanto en diferentes escaparates de la calle Correría como en Montehermoso. A partir de esta experiencia, Carlos Lalastra y Andrea Abaigar han querido en esta ocasión dar un nuevo paso en Invisibilidad compartida +.
En este caso, por decirlo de alguna manera, el camino que se está realizando es al contrario, es decir, acercarse a personas que sí están en momentos de penuria y llevarlas a estados en los cuales les gustaría estar o sueñan con poder verse. Para llevar a cabo esta idea general, los impulsores de la propuesta están colaborando con el Centro Municipal de Acogida Social del Ayuntamiento de Gasteiz. Un grupo de diez hombres y mujeres son las que se han ofrecido a participar en la experiencia, marcando cada uno cómo se veían y les gustaría verse. “Nosotros lo que hemos hecho, a partir de ahí, es un ejercicio de representación en diferentes espacios y situaciones”, según describe Lalastra, testimonios fotográficos que ya están realizados pero que no suponen el final del camino.
En este sentido, Invisibilidad compartida + está llevando a cabo experiencias de interacción con distintos ámbitos de la sociedad como el que ayer tuvo a Artium como protagonista. Casi una treintena de personas (puesto que a las diez del grupo motor se han ido sumando más) fueron guiados por el propio director del museo, Daniel Castillejo, en una visita guiada especial, ya que los participantes también pudieron acceder a los almacenes y otros puntos del centro que por lo general suelen estar cerrados al público.
Así, quienes no utilizan un museo son puestos en la situación de “consumir cosas de la normalidad”, mientras que a Artium “le ponemos en la tesitura de explicar un discurso artístico a gente que entiende que no tiene esa necesidad”. Esa misma situación se quiere repetir en breve con la colaboración de El Corte Inglés en una singular “sesión de compras”. Todo ello mientras se sigue registrando el proceso a través de la fotografía, algo que ayer en el centro de arte contemporáneo llevó a cabo Gert Voor in’t Holt.
“Los participantes están valorando el proyecto como algo muy positivo y enriquecedor. Además, se están viendo reconocidos por quienes, en teoría, están al otro lado de la sociedad”, lo que se traduce también en que “a algunas de estas personas, la experiencia les está sirviendo como acicate para hacer más cosas, entre otras razones porque les sirve para salir de la rutina diaria”, comenta Lalastra.
Aunque el punto de partida es igual que el de Invisibilidad compartida, todavía no está decidido cómo va a terminarse este proyecto. “Lo que estamos haciendo ahora es acumular información; las imágenes están tomadas pero tenemos que ver cómo contar el relato de esta experiencia a la sociedad”, apunta Lalastra sobre una experiencia que ayer siguió creciendo entre las paredes de Artium.