Vitoria - El Plan Estratégico de Cultura para Álava, que debe marcar los pasos a dar en el territorio entre este año y 2020, ya se encuentra en su recta final. De hecho, el Consejo de Gobierno Foral aprobó ayer el documento que se ha venido elaborando en los últimos meses tanto dentro de la institución como con la contribución exterior, una herramienta que, eso sí, todavía está a la espera de completarse con las aportaciones que se lleven a cabo a través de las Juntas Generales.

A finales de 2016 el departamento de Euskera, Cultura y Deporte dirigido por Igone Martínez de Luna, realizó un primer borrador -cuyo contenido ya relató en exclusiva este periódico- tras las reuniones y análisis llevados a cabo con el sector, técnicos, administraciones... en un proceso intenso de contribuciones. Ese texto, tras las últimas aportaciones escritas enviadas a Diputación por los participantes, conformó un documento que tras las navidades fue remitido a todos los grupos políticos presentes en la Cámara Foral y sobre el que cada uno está trabajando desde entonces.

Así, en breve (de hecho, se espera que pueda ser ya la próxima semana), Martínez de Luna tiene previsto comparecer en la Comisión de Cultura de las Juntas para exponer el Plan aprobado ayer y recibir las ideas de los partidos, una suma que, en principio, debería servir para culminar el proceso.

Según la Diputación, la filosofía del Plan “tiene vocación de incidir en muy diversos aspectos de la vida cultural del territorio y de concitar complicidades en beneficio de un sector que necesita un evidente impulso, tanto por la importancia intrínseca que tiene en nuestra sociedad como por la capacidad tractora y de generación de valores en múltiples facetas de la vida ciudadana”. Así lo verbalizó el diputado general, Ramiro González, quien apuntó que “se trata de un paso adelante en el objetivo de conseguir que todas y todos los alaveses tengan la misma calidad de servicios en materia cultural con independencia del lugar donde vivan y dentro de una cultura cada vez más inclusiva en Álava”.

Bajo estas premisas, la intención foral es que el documento estratégico sirva de marco de referencia para la política cultural, intentando situar “la cultura en un punto central de las políticas públicas de Álava”. Aún así, la Diputación -“dada la trascendencia y la diversidad de las acciones contenidas” en el Plan Estratégico- quiere llevar el debate definitivo a las Juntas Generales. No en vano, el Ejecutivo es consciente de que el verdadero éxito de esta apuesta radica en que pueda sobrevivir a los tiempos legislativos y los plazos electorales, es decir, que si se da un hipotético cambio de gobierno tras unas elecciones, lo contenido en esta estrategia se mantenga. Y para eso es básica la implicación de los partidos.