barcelona - El Museu Nacional d’Art de Catalunya muestra la interpretación histórica de los artistas sobre las insurrecciones, a través de trescientas obras de más de un centenar de artistas, una exposición que proviene del Jeu de Paume de París.

Desde los Desastres de la guerra de Goya a los vídeos de la cineasta Maria Kourkouta sobre la crisis de los refugiados en Europa, la muestra Insurrecciones, que estará abierta al público hasta el próximo 21 de mayo, cartografía las fuerzas que impulsan a hombres y mujeres a sublevarse una y otra vez, explicó ayer Marta Gili, directora del Jeu de Paume.

En el recorrido expositivo se suceden pinturas, dibujos, grabados, fotografías, películas y documentos de autores tan conocidos como Henri Cartier-Bresson, Agustí Centelles, Alberto Korda, Man Ray, Joan Miró, Antoni Tàpies, Hans Richter, Allan Sekula, Antonin Artaud, Victor Hugo o Charles Baudelaire.

El director del MNAC, Pepe Serra, aseguró que Insurrecciones convierte a este centro en un “lugar vivo que se interroga sobre la sociedad, con muchas preguntas de siempre pero hechas desde el momento actual”.

Para la presentación en Barcelona, el comisario de la exposición, Georges Didi-Huberman, ha añadido 90 obras, con las que, lejos de ser una muestra local, es más “universal”.

Serra remarcó que por primera vez se verán los brazos de Juli González, que “podrían ser los brazos de una revuelta en Soweto (Sudáfrica), de un conflicto indígena en Bolivia o un enfrentamiento racial en Estados Unidos”.

En la capital de la insurreción Para Didi-Huberman, con las incorporaciones en el MNAC, Insurrecciones es “una exposición más política y cobra aquí un sentido especial, pues desde Goya hasta hoy Barcelona ha sido siempre una capital de la insurrección”, en la Semana Trágica, con figuras como Federica Montseny, Durruti o la manifestación de 1977 que reclamaba “Libertad, amnistía y estatuto de autonomía”.

Además de carteles relacionados con la Guerra Civil española, que presentan un perfil propagandístico, se expone también un cartel de Steinlen del año 1900, destinado a dar a conocer el semanario socialista Le petit sou, nunca expuesto hasta ahora.

Estas obras conviven con otras que han permanecido hasta ahora casi inéditas, como la serie de estampas Horrores de Tarragona, de la que el MNAC conserva tres grabados que denuncian la actuación de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia española. Estas estampas anónimas han alimentado el imaginario de los artistas modernos hasta el punto de que algunos historiadores han visto en ellas una inspiración para los Desastres de Goya e incluso para el Guernica de Picasso. Desencadenadas por el deseo de libertad y enfrentadas al poder, las insurrecciones son uno de los temas centrales de la moderna pintura de historia y de crónica social, así como del arte contemporáneo.

La exposición cuestiona, a decir del comisario, la representación de los pueblos en el sentido estético y político de la palabra representación, y así trabajos que son fruto de episodios históricos inconexos encuentran en el recorrido un hilo conductor que facilita el establecimiento de relaciones entre ellas y en algunos casos pueden leerse como “arquetipos universales”. - Efe