Amurrio - El salón de actos del edificio Catequesis de Amurrio va a acoger, a las 19.30 horas de mañana, la presentación de la novela Ratoneras de cristal de Pedro Ibarrola Solaun, un vecino del lugar conocido, sobre todo, por su faceta profesional como médico, y porque en la pasada legislatura ostentó el cargo de concejal de Deportes, aunque desde el pasado verano pocos son los residentes de esta villa ayalesa que no conozcan que dentro de sus pasiones siempre ha estado la de la escritura.
De hecho, esta aventura literaria viene a dar continuidad a Vientos del norte (Tempus Fugit Ediciones), la historia de Tomás que, lanzada en junio del año pasado, comienza cuando el protagonista, tras quedarse en el paro, llega a Amurrio traído por el destino. La vida, esa que le ha golpeado tanto, da un giro inesperado al encontrar un lugar apacible entre sus vecinos, sus barrios, sus comercios y sus bares, que le hace ir recuperándose de sus heridas. Sin embargo, cuando todo parecía que quedaba en orden, algo imprevisto sucede. “Me lo inspiró una persona que paseaba sola una mañana temprano en la que yo estaba mirando por la ventana de casa. No le conozco y su personaje es totalmente ficticio, no así otros secundarios ni los lugares que describo”, explica Ibarrola, revelando el motivo del éxito en ventas que ha tenido este libro en Amurrio.
Éste es el municipio en el que también está ambientada Ratoneras de cristal, novela en la que, al igual que en la primera, aparecen nuevos personajes ficticios y reales que dan una nota de casi realismo a la historia. Eso sí, esta vez, el relato sume al lector en la más pura intriga, pues va a descubrir uno de los inquietantes secretos de esta villa ayalesa, porque todos los lugares tienen asuntos que esconder. Sirva de adelanto que el comisario Intxaurraga pone en marcha una investigación mientras Tomás prosigue con su vida sin saber lo que se está cerniendo sobre él. La dinámica municipal absorbe su día a día hasta que los acontecimientos le acorralan, y le obligan a que sus prioridades cambien de orden. El agente encargado del caso es un hombre joven de Orduña, que conoce bien la forma de pensar y actuar de las personas de la comarca. Todo el mundo sospecha pero nadie habla. - A.O.