Vitoria - Aunque hace ya unas semanas que se puso en marcha la programación invierno-primavera, la Red municipal de Teatros todavía tiene telones que subir por primera vez en este 2017. Es el caso del ciclo correspondiente al Jesús Ibáñez de Matauco, del centro cívico Hegoalde, el último escenario que quedaba por sumarse a la oferta escénica. A esto se le va a poner remedio mañana mismo con el regreso a la capital alavesa de la compañía valenciana El Pont Flotant, que a partir de las 20.30 horas presentará su última producción, El hijo quiero tener (todavía quedan entradas a la venta por un precio único de 15 euros).

La educación de los vástagos y la relación entre las diferentes generaciones se encuentran en la base de un montaje que implica también, en cada ciudad en el que se lleva a escena, la implicación de personas de la propia localidad. De hecho, desde el domingo, 26 gasteiztarras -la más joven tiene 7 años- se encuentran desarrollando un taller con el grupo valenciano para tomar parte en la representación de mañana. Son intérpretes voluntarios que han sido seleccionados de espacios como la sala Baratza, el Taller de Artes Escénicas o los locales Dante.

De esta forma, una obra que nació como una creación colectiva sin un texto previo cambia también en cada teatro, ya que se nutre de las aportaciones de quienes toman parte en este encuentro que, en el caso de Gasteiz, está conduciendo en el mismo centro cívico Jesús Muñoz. “Es la séptima vez que hacemos esto y lo mejor es ver cómo aportan tanto los pequeños como los mayores; de hecho, en nuestra sociedad actual nos faltan momentos y lugares para la relación intergeneracional”, apunta uno de los cuatro pilares de la compañía junto a Àlex Cantó, Joan Collado y Pau Pons.

Más allá de la huella que dejan el taller y sus participantes, el espectador se encuentra en este montaje una obra que habla de los miedos y los retos que supone educar partiendo de la base de que esa transmisión de valores, conocimientos y actitudes “es algo difícil y gratificante al mismo tiempo”. Eso sí, Muñoz señala que “la educación es un tema demasiado serio para ponerte serio” haciendo teatro, con lo que apunta que el humor juega un papel fundamental en esta propuesta que gira en torno a tres espacios: la escuela, un parque y el hogar.

“Si has recibido una buena educación, si lo estás haciendo bien, si los otros lo están haciendo mal, si... son tantas preguntas cuando estás en un determinado momento vital, que son esas cuestiones las que queremos tratar”, sin perder de vista esa idea del humor como “herramienta fundamental”. “Suelen decir de nosotros que hacemos teatro pedagógico e igual es verdad”, comenta Muñoz, quien hoy seguirá trabajando con los voluntarios participantes en el taller. Personas que el jueves también saldrán a escena. “A veces piensas que lo que más pueden temer es encontrarse con el público, aunque la verdad es que la experiencia nos está enseñando que no es del todo así”, describe el miembro de El Pont Flotant.