Trabaja en la radio. Es una loca de la moda que lleva en su teléfono móvil todas y cada una de las aplicaciones posibles sobre ropa, complementos, diseñadores... Y es un poco torpe. “Es un personaje que enseguida vas a reconocer. De hecho, todos conocemos a alguna Carolina”, explica Mónica Arana. Ésta, eso sí, es la protagonista de Mis primeras Navidades sin ti, la nueva novela de la autora gasteiztarra. Es un personaje que ha nacido “con vocación de continuidad”, algo que deja claro el final de esta primera entrega. “Estoy encantada con la acogida que está teniendo la historia” y de hecho “ya estoy con la segunda parte”.

Todo llegará. De momento, este primer título de la serie se puede conseguir en formato digital a través de Amazon e iTunes, aunque está disponible también en edición impresa “visto el éxito que está teniendo” sobre todo en México y en la península. “Creo que el secreto es que nos hace reír por algo que normalmente nos hace llorar, como es un desengaño amoroso”, comenta la escritora, dramaturga y guionista, ahora afincada en Miami (Estados Unidos).

“Es una de esas historias disparatadas en las que no dejan de pasar cosas, muchas de ellas absurdas, pero que te enganchan, no puedes parar de leerla, todo fluye muy fácilmente. Es una historia ligera, sin pretensiones, el único objetivo es pasártelo bien” al estilo, por ejemplo, de las novelas de Bridget Jones, personaje con la que Carolina tiene “muchas cosas en común”, no así con su autora. “Si acaso en lo de las meteduras de pata”.

Partiendo de la base de que “ya está contado todo” porque “somos lo que somos y la vida es lo que es”, Arana pone el acento en “cómo contamos lo de siempre. Y ahí está el chiste. En la forma, en el arte de la narración. La historia de Carolina es la historia de un desengaño, sí, otro más, pero está ambientada en Miami, que es un lugar fantástico para superar una ruptura y además, está contada con mucho humor y con un ritmo casi cinematográfico” intercalando vivencias tanto en la ciudad norteamericana como en Madrid. Y juega con algo muy propio de la pequeña y la gran pantalla como los cameos. Aquí, por ejemplo, el lector se encontrará con las apariciones estelares de Quim Gutiérrez, Chris Hemsworth... e incluso el también gasteiztarra Dj Loro. Todo ello mirando a una especie humana que parece no aprender cuando de sentimientos se trata. Además, “cuanta más tecnología tenemos a nuestro alrededor, más intensos nos ponemos, porque lo vemos en la tele, en las redes sociales, en el cine... Parece que estamos obligados a vivir todo a tope en todo momento porque ese es el modelo que nos venden. Creo que lo verdaderamente revolucionario es vivir sin estridencias, con calma. Si apagáramos todo el ruido que nos rodea más a menudo, si aprendiéramos a disfrutar más el silencio, si nos enseñaran desde pequeños a estar con nosotros mismos, reconoceríamos y viviríamos nuestras emociones con más calma y las digeriríamos mejor”.

Así lo explica Arana desde Miami, a donde llegó junto a su marido cuando comenzó la crisis. Siempre escribiendo (en formato digital se pueden encontrar títulos como Desventuras y más del señor Pedo, Cuatro relatos cortos sobre cuatro cosas raras o Aventura en el fondo del mar), la vitoriana reconoce que la ficción era una pasión a la que ahora se puede dedicar por completo. “Convertirme en mi propia editora ha sido un gran acierto”, apunta la autora, que también desarrolla su faceta creativa en la escena. A través del Centro Cultural Español de Miami, ya ha estrenado varios textos de microteatro. “Es una gozada ver cómo han cobrado vida estas propuestas con actores argentinos, americanos, venezolanos... Esa mezcla de culturas es lo más interesante que tiene esta ciudad. La iniciativa permite acercar el teatro a la gente de una forma diferente: aquí se hace en un patio, en contenedores de barco. Cada uno es una obra de 15 minutos, con capacidad para 15 personas”, describe. “Es un formato que triunfaría en una ciudad como Vitoria”, aunque “no en contenedores, que el clima gasteiztarra tiene otras exigencias”.