madrid - Ayer, durante el evento deportivo más esperado del año, la 51º edición de la Superbowl, la cantante neoyorquina Lady Gaga fue la estrella absoluta. La artista fue la encargada de entretener al público durante el descanso del esperado partido de fútbol americano y cogió así el testigo de Beyoncé, Coldplay y Bruno Mars, los encargados del espectáculo de la pasada edición.

Gaga se ha encargado de mantener informados a sus fans a través de su cuenta de Instagram de los preparativos que ha llevado a cabo durante los últimos meses. No obstante, no fue hasta el pasado jueves cuando la artista informó en una rueda de prensa de algunos de los detalles de este concierto tan esperado.

Lady Gaga se comprometió a ofrecer una actuación que divirtiera a todos los espectadores, aunque no quiso ni confirmar ni desmentir cuál sería su repertorio. Además, tampoco dio pistas sobre sus acompañantes ni sobre su vestuario.

Sin embargo, en una de las publicaciones que subió a Instagram, Gaga utilizó el emoji de una abeja, símbolo que caracteriza a los fans de Beyoncé. Desde ese momento, los seguidores de ambas comenzaron a especular sobre una posible colaboración en la actuación de la Super Bowl, el partido de fútbol americano más esperado del año. La edición de 2016 congregó a más de 130 millones de espectadores solo en EEUU.

Por otra parte, la de Nueva York ha sido una más de las numerosas artistas que se ha posicionado públicamente en contra del presidente estadounidense Donald Trump y tras su investidura, los medios de comunicación han especulado con la posibilidad de que la cantante llevase a cabo una controvertida actuación en contra del nuevo mandatario. - DNA/ Europa Press