“Amo la música más que el cine”. Lo ha reiterado Martin Scorsese a lo largo de las últimas décadas, en las que ha dejado obras maestras como Malas calles, Taxi driver, Toro salvaje o Uno de los nuestros. La música siempre ha estado bien presente, elegida y mimada en sus películas, videoclips y documentales. Su cámara estuvo detrás de The last waltz, la seminal e icónica película en la que filmó la despedida de The Band de los escenarios, así como en la confección de No direction home, film centrado en la etapa inicial de Bob Dylan. De ambos se han editado nuevas ediciones repletas de extras al cumplirse su cuadragésimo y décimo aniversario, respectivamente.

U2, Rolling Stones, Michael Jackson, The Doors, The Ronettes, Jackson Browne, Warren Zevon, The Clash, George Harrison, Otis Redding, The Staples Singers, Louis Prima, Muddy Waters? Todos están ligados a Scorsese y a su trabajo. Y por encima de ellos, a la altura de los socorridos Jagger y Richards, aparece The Band, el grupo que acompañó a Dylan en los 60 y se estableció como una de las mejores bandas estadounidenses de la época en solitario. El director, que está a punto de estrenar Silencio, película basada en el libro homónimo de Shusaku Endó, utilizó siete cámaras para grabar The Last Waltz, su despedida de los escenarios y la primera (¿la mejor?) de las películas musicales de la historia.

Coincidiendo con el 40 aniversario de aquel concierto, celebrado el 25 de noviembre de 1976 en el Winterland Ballroom de San Francisco, se ha publicado una edición especial con extras de aquella velada, en la que el grupo de Levon Helme y Robbie Robertson repasó sus clásicos (con Up on Cripple Creek y The weight al frente), reforzado con una sección de metales, y el apoyo de colegas como Ron Wood, Ringo Starr, un volcánico Van Morrison, el más sensible Neil Young, la delicada Joni Mithell, Neil Diamond, Muddy Waters, Emmylou Harris, Dr John?

El lanzamiento actual contiene el doble disco original remasterizado y una edición de lujo que incluye el audio completo del concierto con tomas extras y extraídas de los ensayos previos, un libro de 70 páginas con ensayos y fotos inéditas y la película en BluRay. El fan disfrutará con las intervenciones extras de este último vals (Mitchell canta Sings the blues, Clapton interpreta All our past times, Morrison Caravan en un ensayo, Dr John ataca Such a night) vivido por un grupo mítico y referencial al que también rindió tributo Dylan en su despedida.

la ascensión del nóbel Y precisamente Dylan protagoniza No direction home, el valioso documental que dirigió Scorsese hace una década y que ahora se reedita en una edición especial y también por primera vez en Blu-Ray y descarga digital. Estas nuevas ediciones ofrecen dos horas y media de contenido nunca visto, incluyendo escenas extendidas y varias entrevistas de larga duración, incluida una con su director.

La película original, que supera las tres horas y media, se centra en la vida y música del cantante, desde su niñez a su ascensión al trono mundial del folk y su huida temporal de él, en 1966, tras los ataques sufridos tras su reconversión eléctrica junto a The Band, precisamente. Él mismo, con sus palabras, es el hilo conductor de una historia en la que busca “mi regreso a casa”, aquel pueblo “que no podrías encontrar en un mapa”, de inviernos crudos y un aburrimiento del que le salvó la radio de la época, que le convirtió en “un expedicionario musical” y le descubrió a Hank Williams, Gene Vincent, Johnnie Ray o Muddy Waters.

El documental narra su llegada al artístico Greenwich Village; el viaje para conocer a Woody Guthrie; su relación con Joan Baez (“era asombrosa? parecía necesitar compañía al cantar”, recuerda); su reinado en el contexto de la época (el racismo, la pelea por los Derechos Civiles y su incomprendida postura: “estar al lado de la gente que lucha por algo no significa ser político”, dice); y su deseos de huir, harto de “presiones”, incluidas las de sus fans que le piden autógrafos que se ve cómo niega, tras la polémica actuación electrificada en el Newport Festival de 1966, en la que le tildaron de “Judas” y “traidor de la música pura”.

Casi todo (aparecen algunas críticas sobre el carácter manipulador y los pocos escrúpulos de Dylan, pero ¿y las drogas Martin?) está ahí, con entrevistas exclusivas al director y a artistas y músicos cuyas vidas se entrelazaron con las del cantante, como Mavis Staples, Allen Gingsber, Baez, Pete Seeger? E interpretaciones en vivo de Blowin´ in the wind, Man of constant sorrow, Mr. Tambourine man, Like a rolling stone, One too many mornings? Un documento revelador de un artista y una época.