Madrid- El ensordecedor griterío de miles de adolescentes apenas se percibe en la sala preparada para las cinco entrevistas que Robe y su grupo van a conceder. Atienden en primer lugar a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, mientras El Mundo y El País esperan su turno. La cita es en el Barclaycard Center de Madrid y no, las adolescentes no se han concentrado con motivo de la presentación del nuevo disco de Robe, sino del concierto de Justin Bieber... Así están las cosas.
¿Qué le sucede al rock cuando, por ejemplo, como acontece en Destrozares, se le quita el protagonismo a las guitarras eléctricas y se le otorga a los violines?
-Robe: Es que yo tampoco sé muy bien qué es el rock. Pero no solo cambia eso en este disco, cambian muchas cosas. El violín es otro instrumento más. Lo que sucede es que la guitarra la hemos tenido siempre muy metida en la cabeza, pero cuando estás haciendo un punteo no es tan diferente una guitarra de un violín, lo que pasa es que con la guitarra se pueden hacer más cosas.
-David: Al final, no es la guitarra o los instrumentos lo que define que algo sea rock. Hay muchos grupos de rock en los que la guitarra no es lo más importante; se trata mucho más de la actitud de la música y de las influencias... que sea con un instrumento u otro, simplemente le añade un color distinto al matiz. Es el concepto más que la instrumentación.
-Lorenzo: Yo no creo que el protagonismo lo tenga la guitarra o el violín, de hecho, el violín muchas veces lo que hace en este disco es imitar líneas de bajo u otras cosas. Es complemento de todo y protagonista a su vez, pero yo no sacaría ningún instrumento de lo que es el todo.
El Drogas no para de repetir que habría que recuperar la guillotina pero Robe va más allá y pide que “un meteorito barra la humanidad” (Cartas desde Gaia) o una “guerra nuclear” (Puta humanidad), ¿no salvarías nada?
-Robe: Se tiene que salvar al menos un microbio (risas), para que encuentre otro microbio... Hay cosas que se salvan, claro. Las canciones son fruto de un momento y una expresión del cabreo. Al margen de que eso no lo digo yo, lo dice Gaia, es como si estuviera hablando la propia Tierra, y seguramente ella no salvaría nada de los humanos, ya que no hacemos más que erosionarla y joderla. Probablemente ella lo barrería todo.
¿La soledad y el tiempo son los demonios que ahora más te acechan?
-Robe: Puede ser, no lo sé. Muchas veces, lo que te sale en las canciones no es lo que te ronda más por la cabeza en ese momento; son cosas que te pueden haber rondao... Hago las canciones y luego las miro igual que tú y me pregunto: pero, ¿aquí qué me pasa? O miro el disco y lo puedo ver desde una lejanía, y decir: ¡coño, qué he estado pensando en toda esta época! No te puedo contradecir, tampoco. Te puedo decir que no estoy con eso todo el día en la cabeza; bueno, pero aquí en tus canciones sí lo tienes. Entonces, puede ser.
“Querré lo que quiera querer, y querré lo prohibido” (Querré lo prohibido). ¿Qué es lo prohibido ahora para Robe?
-Robe: Muchas cosas... Lo que no te atreves a hacer, lo que no te dejan hacer, lo que no te dejas tú mismo... Es lo contrario a dejarse llevar por la inercia. Es cualquier cosa que no te atrevas a hacer, y no solo porque esté prohibida, sino porque quizá te estés dejando llevar demasiado por la inercia; que para algunas cosas está bien, pero hay que ser consciente de ella, no te puedes dejar llevar. Empiezo a estudiar esto porque es lo más fácil, me meto en este trabajo porque está más cerca... Es como ir sin pensar por la vida. Eso es la inercia mala.
¿No sabes escribir canciones si no es desnudándote?
-Robe: Ya... lo intento tapar un poco pero no sé si lo consigo.
¿Hasta qué punto Aletea sobre nuestras cabezas y Destrozares forman un todo o es una evolución?
-Robe: Yo creo que forman un todo. Podría haber diferencias. La mayor es que las canciones de este disco están compuestas en un tiempo más corto. Y en el primer álbum hay canciones que yo tenía guardadas de antes. Pero, al margen de esto, no creo que haya una diferencia entre los discos, en todo caso a nivel gráfico, de portada y todo ese rollo, pero no en cuanto a las canciones, ya que hay variadas en el primer álbum y las hay en este.
Cantante, escritor, músico, rockero... pero prefieres definirte como poeta (Del tiempo perdido), ¿por qué?
-Robe: Siempre me ha gustado definirme como poeta, realmente soy cantante por obligación... porque si te pones a hacer poesías no las va a leer nadie. Así que te pones a tocar la guitarra, y todo ha venido después de eso, sobre todo lo de cantar. Estábamos en un pueblo pequeño y, al final, como no había otro, pues me puse yo mismo. Pero lo que más me gusta de todo este mundillo de la música es cuando estoy haciendo la letra de las canciones, ese momento de creación es la razón de todo lo demás.
Andar, lo que se dice andar, Robe ha andado mucho y buena parte de ese tiempo “sobre las nubes”, ahora que ya no saltas “sobre el fuego de una hoguera” (Del tiempo perdido), sin arrepentirte de nada, ¿aparece la morriña de tiempos pasados o es hoy cuando se siente de verdad?
-Robe: Morriña no creo que sea... Cada tiempo hay que vivirlo de una manera, no puedes pasarte toda la vida igual. Hay etapas que tienes que ir pasando y cambiando, si te apetece, o quedándote igual. Pero yo creo que hay que tener una evolución, no creo que la vida sea para quedarse siempre en un mismo estado haciendo las mismas cosas. Me parece mejor vivir más vidas y hacer más cosas diferentes.
Parece que solo desde el dolor le nacen las canciones a Robe, al menos en este último trabajo...
-Robe: No, yo creo que no... Las canciones no solo te salen por lo que estés viviendo en el momento. Cuenta mucho la imaginación, el recordar cosas... Ha habido canciones que las hecho... y luego han pasado las cosas que contaba en esa canción.
Aunque la imaginación tome parte, los temas presentan tormentas con vestidos musicales maravillosos, cuando la lógica quizá dicte que debieran tocarse con trajes más rudos.
-Robe: Puede ser... Pero yo creo que, al final, eso hace un todo. Y esa mezcla es muy bonita, te hace remover mucho más. No está todo tan claro. Cuando cantas cosas tristes con músicas alegres, o al contrario, suma otro ingrediente. No es tan fácil como una letra triste con un música triste. Hace que pienses más, que es al final el verdadero propósito, hacer pensar... y hacer sentir. Yo creo que siempre ha sido ese mi propósito.
La muerte no ha venido verte, aunque la esperas (Destrozares), pero la suerte sí que te ha visitado en varias ocasiones...
-Robe: Sí, muchas veces me ha visitado la suerte. Esa canción hay que entenderla, pero no pienso explicarla, tiene muchas lecturas.
¿Hay una sola ella en este disco o son varias y diferentes?
-Robe: O un símbolo, a veces... Pero sí, no hay solo una ella en este disco, hay canciones que hablan de otras cosas; y, a veces, ella no es ella, igual que a veces las drogas no son las drogas, o el sol no es el sol... Son símbolos, maneras, metáforas para intentar explicar un poco mejor las cosas.
“No me pienso callar”, apuntas de nuevo en Cartas desde Gaia, ¿pero Robe se ha callado alguna vez?
-Robe: (risas) Imagínate si hasta ahora no me he callado y ahora estoy diciendo que no me voy a callar; bueno, quieto, a ver qué vas a decir. Y entonces es cuando viene lo de los microbios y todos a tomar por culo (risas). Lo mismo que con la parte animal, hay que tener en cuenta que es Gaia la que se queja y la que dice que ahora se va a quejar como un ser vivo y nos va a dar con los terremotos más gordos.
¿Tan mal estamos como para exclamar Hoy al mundo renuncio?
-Robe: Dan ganas. Lo que pasa es que muchas cosas son fruto de la desesperación de un momento, hay que arreglarlo pero pasa el tiempo y... Es una cosa que lleva mucho tiempo estancada, éramos pequeños y estaba el hambre en África, nos moriremos, ¿y seguirá la cosa igual? O, ¿cómo es esto? Han pasado 50 años y sigue todo exactamente igual o peor.
-David: Es voluntad, no es que no se pueda es que no se quiere.
No se cansan de decir que este es el trabajo más triste de Robe, sin embargo, si se mira bien tiene sus puntos optimistas. ¿Siempre hay que “clavar una nota en la puerta” por si “ella” vuelve (Donde se rompen las olas), porque a pesar de todo la esperanza sigue ahí?
-Robe: Creo que sí. Pienso que en el disco hay canciones que no son tristes. Y no estoy de acuerdo con eso de que es un disco menos beligerante, creo que son canciones más guerrilleras que el anterior. Y tristes... pienso que hay toques esperanzadores en las canciones, lo que sucede es que lo fácil es quedarte con lo primero que te dan... Y lo primero que te da es la portada, el título... pero el disco hay que oírlo y tiene temas con muy buen rollito.
¿La distancia es lujo que nos permite andar Por encima del bien y del mal de las continuas desgracias que muestra la televisión?
-Robe: Sí, es que sería difícil vivir sin coger distancia con las imágenes. Pero, al final, cogemos tanta distancia que llegan a no valer para nada. Parece que si no nos toca una cosa, no le hacemos caso.
Y, ¿cómo coge Robe, ser humano, distancia, con ese Robe poeta o músico público?
-Robe: Intento ser yo mismo en cada momento, y no es fácil separar unas cosas de otras... Pero tienes que sobrevivir, y a veces tienes que coger distancia porque necesitas estar bien, no estar mal porque todo esté mal.
Para vivir la vida, y la música, de verdad, ¿hay que hacerlo “fuera de las reglas” (Hoy al mundo renuncio)?
-Robe: Para crear es necesario hacerlo. Si descubrir por un solo camino es difícil, el ir creando cosas nuevas por diferentes caminos claro que te lleva a huir de las reglas, campo a través y andar de cabeza, sin ponerte barandillas. Crear es crear. No puede ser premeditado. No puedes decir: voy a hacer una canción de este tipo y que va a ir por aquí... tienes que soltarte. En nuestro caso no hemos seguido reglas, aunque en la música hay muchas...
Dices tener “el infierno asegurado” (El cielo cambió de forma), pero, ¿cuál es tu cielo?
-Robe: No lo sé... supongo que es la felicidad que vivimos, que también parece inalcanzable muchas veces. Pero, desde luego, no es ese cielo de los cristianos.
¿Cómo ha alcanzado Robe la certeza de que “Dios no existe” (Cartas desde Gaia)?
-Robe: Porque es lo más lógico. Me pregunto y me digo: no puede ser. Aunque tampoco lo tengo claro. Lo que sí tengo claro es que el que no existe es del de la barba y el ojo, ni el de las religiones. Ese no. Ese que si entras a la pata coja o tocas un agua o si haces tal gesto vas a la infierno o al cielo, en ese no creo para nada. Creo que es un montaje absurdo. Hay varias opciones pero en esa no creo, puede que haya un algo... pero no me hace falta haya un dios para que mi vida tenga sentido.
De nuevo figuran unos versos de Manolillo Chinato el libreto del álbum, ¿qué le atrae tanto de este poeta?
-Robe: Manolo me ha gustado siempre y he puesto sus versos porque en la canción hay una cosita, un frase inspirada en una frase, que tampoco sabes cómo citar, porque no es literal... Y me molaba ponerlo porque en La pedrá venía una parte de esa frase. No es que la canción esté inspirada en eso, pero Manolillo lleva mucho tiempo en toda mi obra y me hacía ilusión ponerle esa frase.
De alguna manera, todo lo que rodea a la obra de Robe, ahora mismo, lo hace gente muy cercana, al modo de una familia. ¿Es el único camino que le queda al rock para mantener la dignidad?
-David: Creo que sí. Necesitas gente de la que fiarte y cuya principal preocupación sea quede, artísticamente, de la mejor de las maneras posibles, por encima de otras cosas.
-Robe: Puedes contar con otros artistas, pero siempre tienes que estar metido en la obra, no puedes delegar ciertas cosas, todo tiene que gustarte y estar de acuerdo. Y hacerlo con gente cercana y que esté interesada. No es un compañía que te dice qué artista te va a hacer el vídeo o la portada. Además, las discográficas convencionales buscan lo barato y lo rápido, y de dónde sacar el dinerillo... y no encuentran su papel, su sitio, que antes lo tenían y valían para algo. La cosa está evolucionando muy deprisa y no puedes tener una casa discográfica solo para que se equivoque, no haga promoción... Creo que estamos en un tiempo de transición, pero llevamos años así. Primero con el CD y luego con Internet, las discográficas perdieron el norte...
Apuntas que con esta banda has encontrado más libertad, pero si algo ha sido Robe, es libre...
-Robe: Sí, pero tampoco podía decir: “Uoho, mañana te vienes con un instrumento, no me digas cual, pero que ya lo toques de puta madre. Y a ver, tú, Cantera, mañana haz otra cosa, cambia el rollo y sorpréndeme”. Siempre ha habido libertad en Extremoduro a la hora de hacer cosas, creo que siempre hemos mirado a las canciones y si nos gustaban, pues ya está. En este sentido, hemos tenido muchas críticas por parte de la gente: que si ya no es lo mismo, que queremos lo de antes... Y nos ha importado siempre una mierda, no le hemos hecho mucho caso a eso; nos hemos ido acostumbrando con el tiempo... Si la Ley innata es una obra de arte, y no lo digo yo, lo dice todo el mundo, pero sobre todo yo, y nos decían que si era muy rara, que cómo se come, que si es todo seguido y qué moñas a veces... A esa misma gente le has oído decir lo contrario, que es lo mejor, una obra de arte... Cualquier cosa es criticable, y está bien, pero está en ti hasta dónde te tomes en serio esa crítica. Pero no es que necesitara libertad, necesitaba hacer cosas nuevas, sorprenderme, tener esa ilusión, esa curiosidad... Con una canción de Extremoduro puedes tener esa curiosidad pero no tanta, porque ya sabes como toca Cantera, por dónde va a ir cada uno... Esto era otra cosa, imagínate que no sabíamos ni los instrumentos con los que íbamos a contar.
Formación. Robe, canciones, voz y guitarra; Carlitos Pérez, violín y voces; Alber Fuentes, batería y voces; Lorenzo González, voz; Álvaro Rodríguez Barroso, piano, teclados y acordeón.
El título. “La palabra destrozares es un sustantivo, pero no viene como ta en el diccionario. No pierdas el tiempo intentando buscándola ni intentando entenderla. Solo siéntela”.
El apunte. “En este disco hemos puesto todos lo mejor y lo más puro que tenemos dentro. Menos yo. Yo he puesto mis carencias y mis errores. He puesto mi delirio, mi falta de gusto, mi confusión, mis lágrimas, mi vanidad, mi soledad de lechuza y mis contradicciones. Robe atropellando a Nietzsche”.