Barcelona - Montse Mechó, una mujer de 83 años que ha saltado en paracaídas 930 veces desde que cumplió los 49 y sigue haciéndolo cada vez que puede, es el paradigma de cómo el deporte puede ayudar a superar las adversidades: la pérdida de un hijo, un accidente de automóvil y sobrevivir con una pensión de 245 euros al mes.
Mechó, que reside en Barcelona, ha relatado a Efe su vida, pero ha puesto el acento en lo deportivo, que comenzó cuando, tras practicar ballet, consiguió que su madre la llevara a practicar natación gracias a una beca. En 1951, participó en el campeonato de natación y salto de trampolín y palanca de España y, tras realizar saltos de mortal y medio, se alzó con el premio, hazaña que recogió el NO-DO.
Mechó rememora que fue una de las pioneras en España en practicar natación sincronizada, pero abandonó el deporte tras casarse y tener dos hijos. Un accidente de automóvil, en el que sufrió una fractura quíntuple de cadera, la dejó con cojera, aunque no le impidió volver a las piscinas como profesora de natación en la Unió Esportiva Horta, una tarea que recuerda “con ilusión”, ya que enseñó a nadar a muchas personas mayores que nunca se habían metido en el agua, y a lo que se dedicó durante 25 años. La secuela del accidente le obligó hace unos años a pasar por el quirófano para ponerse una prótesis de cadera.
un ‘ángel’ Cuando cumplió 49 años, al separarse de su marido, visitó la escuela de windsurf que tenía su hijo, que le invitó a saltar en paracaídas, propuesta que ella aceptó, marcando un ángel en su salto, que sus compañeros calificaron de “estupendo”. Como en esa época no había monitores, le enseñaron cómo hacer la roulé (maniobra para amortiguar la caída) al llegar al suelo y pidió ser la primera en lanzarse del avión. Desde entonces, ha realizado más de 930 saltos con loopings, ha saltado desde un globo con un trapecio y ha participado en diferentes campeonatos.