madrid -Ella es una joven filipina que recala en Madrid y él, un joven cantante en alza que estudia Derecho. Sin más datos no cabe ninguna duda, son Isabel Preysler y Julio Iglesias; pero no, en la novela los protagonistas se llaman Muriel y Luis, un alter ego de los verdaderos, para tranquilidad de los abogados de la editorial que publica a Pilar Eyre. Isabel Preysler no deja de ser noticia: petición de boda por parte de Vargas Llosa, bronca con él y un libro que le lleva a recordar lo que fue su vida cuando siendo casi una cría se casa con Julio Iglesias y convive con él durante siete años. A pesar de la prudencia de los abogados, a la escritora no le tiembla la voz a la hora de decir quiénes son sus personajes reales. Deja entrever en el libro a un Julio Iglesias celoso, infiel y dominante y a una Isabel Preysler que acata “vivir en una jaula, pero no de oro: de latón”.
¿Le ha dado miedo poner los nombres reales de los protagonistas de su novela ‘Un amor de Oriente’, Isabel Preysler y Julio Iglesias?
-Mi intención era ponerlos, la tapa del libro iba con una foto de portada de Isabel, con un cuadernillo de fotos; el manuscrito pasó por las manos de los abogados de la editorial y?
Censurado.
-No, ellos miran las consecuencias legales que puede tener un libro. Me dijeron que o rebajaba el tono o los protagonistas tenían que llevar un nombre ficticio.
¿De qué sirve que lleven nombres ficticios si desde la primera entrevista que usted concedió ha reconocido que Muriel y Luis son Isabel Preysler y Julio Iglesias?
-Siempre lo he reconocido, siempre lo diré y es verdad, desde el primer momento dije que era la historia de su matrimonio. Además he trabajado para que los datos estén bien y he trabajado mucho, así que ahora no voy a ocultarlo.
¿Por qué elige a estos personajes que han llenado páginas y páginas de la prensa rosa?
-Porque me encargaron escribir sobre Isabel Preysler. Mis editoras estuvieron en una cena donde el comensal que menos rango tenía era ministro?
¡Qué nivel!
-Y me comentaron que se pasaron toda la noche hablando de ella. Es un personaje muy público, la gente habla mucho de ella pero la conoce poco. Me dijeron que había que hacer una biografía sobre ella y que la tenía que escribir yo.
Es interesante que en una cena con ministros el tema sea Isabel Preysler. Pero ¿por qué escoge usted la parte de su matrimonio con Julio Iglesias?
-Me parece que es un momento secreto de su vida. Cuando se casó con él, ella no era conocida; hasta el punto de que a veces no salía en los pies de foto o se equivocaban de nombre. Sabemos que se casaron, pero no sabemos por qué; sabemos que vivieron unos años juntos, pero no sabemos cómo fueron. Tampoco sabemos por qué se divorciaron.
Han pasado muchos años, ¿usted cree que todavía puede seguir interesando ese trozo de vida tan personal e íntimo por muy famosos que sean los protagonistas?
-A mucha gente sí. La Isabel Preysler que conocemos hoy nació en esos siete años de matrimonio con Julio. Después de investigar sobre ese tiempo, he descubierto a la mujer joven que llegó de Manila, que no conocía mundo y que se convirtió con el paso del tiempo en la mujer segura y empresaria de sí misma que es hoy. Ese matrimonio fue muy duro para ella.
¿Por qué cree usted que ese matrimonio fue duro?
-Se casaron los dos un poco engañados el uno con el otro. Ella creía que se casaba con un chico que ya era un cantante importante y que a la larga dejaría la canción para hacerse abogado, que es lo que ella quería; pensó que sería un buen padre y un buen marido. No fue nada de estas cosas.
Eso es mucho decir, ¿no le parece?
-Si algo quiere Julio, es su carrera. Le fue infiel durante el noviazgo, en el viaje de novios y durante todo su matrimonio. Y como todos los infieles, era un celoso compulsivo que la tenía encerrada en su casa, no la dejaba salir con sus amigas, no la dejaba llevar minifalda? Cuando viajaba tenía que quedarse encerrada en los hoteles porque no podía bajar sola ni a comer?
Así que vivió en una jaula de oro.
-Más bien de latón, entonces Julio no andaba muy boyante de dinero.
¿De dónde ha sacado tantos datos que le han permitido reconvertir una biografía en una novela?
-He hecho lo de siempre, mis trabajos son muy rigurosos. He ido a la hemeroteca buscando revistas viejas que ya no existen; he comprado a coleccionistas de revistas números especiales de ciertos años en los que salían detalles de la vida de Isabel Preysler?
¿Hay quien colecciona revistas del corazón?
-Sí, claro. También he hablado con gente que la conoció en aquella época, gente de Filipinas; además he recurrido a mi propia memoria profesional, son cuarenta años en el periodismo activo. Con todo esto he reconstruido siete años con mucha veracidad, son siete años que no fueron ningún cuento de hadas para Isabel.
¿Quién cree que habría causado más problemas legales de haberse publicado con los nombres reales, ella o él?
-Estaba convencida de que ninguno de los dos. Julio está más allá del bien y del mal. Le importa lo que se publica, está al tanto de todo y sabe que la mala publicidad, también es publicidad.
¿Le gusta el libro a ella?
-No, pero no por nada de lo que se ha escrito en él. Yo reproduzco episodios de su vida que a ella no le gusta nada recordar. ¿A quién le va a gustar que salga la parte negativa de su vida cuarenta años después?
Supongo que a nadie, pero parece que somos muy cotillas e interesa a muchos. Es lo que dice usted.
-No, yo no digo que seamos todos unos cotillas; somos curiosos y nos interesa lo que pasa con los famosos. La curiosidad es una parte muy importante del ejercicio del periodismo.
No lo discuto, pero no para temas íntimos y personales de terceros.
-Bueno. A esta mujer, a él también; se le ha seguido de cerca durante cuarenta años y por eso creo que es de interés general, no se trata de cotilleos, se trata de hablar del que fue uno de los matrimonios más famosos del momento.
¿No cree que también se pueden querellar contra usted por las declaraciones que está haciendo?
-No lo sé. No quiero entrar en ese juego, lo importante es que hablemos del libro?
Es lo que hemos estado haciendo.
-Ya, por eso yo quiero hablar del libro y de los personajes.
¿De Muriel y Luis o de Isabel y Julio?
-Ja, ja, ja? Eso es lo mismo.