Vitoria - Aunque la cuadragésimo primera edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz lleva en marcha ya tres semanas, el certamen todavía no ha salido del Principal, algo a lo que se le va a empezar a poner remedio hoy mismo con la primera de las actuaciones en los centros cívicos. Ese debut se producirá en el Jesús Ibáñez de Matauco de Hegoalde, escenario que recibirá a partir de las 20.30 horas a Teatro El Zurdo, que representará El minuto del payaso en un espacio que todavía tiene algunas entradas a la venta por 15 euros, pero tampoco muchas.

De esta manera, tanto la compañía como el actor Luis Bermejo regresan a la capital alavesa de la mano de este texto José Ramón Fernández en el que, según explicó ayer el intérprete, se dan la mano dos ejes argumentales. Por un lado, la realización de “un homenaje al payaso de circo”. Por otro, “mirar a la actualidad que vivimos”. Entre medio, un monólogo protagonizado por un clown que está esperando a salir a escena para tomar parte en un espectáculo benéfico, para ofrecer una actuación de un minuto que también tiene cariz de prueba puesto que entre el público hay un productor de un programa de televisión. A partir de ese contexto, se construye un relato vital y escénico al que los presentes asisten como espectadores hasta que el actor decide romper la que siempre se denomina como cuarta pared. “Las reacciones casi siempre son buenas”, dice Bremejo, consciente de que en el montaje el humor juega un papel estratégico: “la risa te defiende de los miedos y, como diría Fo, esclarece verdades”.

El primer amor, las razones para hacerse payaso, la búsqueda de las respuestas a esas preguntas existenciales... “cada vez que hago el montaje, descubro un matiz nuevo en el texto y eso me encanta”, comentó Bermejo sobre una producción que va camino de hacer cien funciones en el Estado, algo que, por desgracia, la crisis ha convertido en poco habitual, como apuntó el productor Luis Crespo.

En este sentido, como remarcó Bermejo tomando como ejemplo tanto su personaje como su propia experiencia personal, “el de los actores es un oficio muy frágil. En el cine y la televisión se olvidan rápido de quién eres. En el teatro, si tu trabajo está a la altura, no”. - DNA