Vitoria - La fotografía manda en Montehermoso. En su primera planta, Gert Voor in’t Holt sigue mostrando hasta finales del próximo mes Fail again, fail better. En la parte correspondiente a Oihaneder Euskararen Etxea también se encuentran hasta noviembre las imágenes seleccionadas y ganadoras del certamen Gasteiztarrak Arraun The World 2016. Y hoy, en la parte más baja del centro cultural de la colina, se inauguran dos exposiciones con el arte de la instantánea como protagonista. Por un lado, el regreso al antiguo Depósito de Aguas del World Press Photo, que ayer todavía está concluyendo su montaje antes de su presentación a lo largo de esta jornada tanto a la prensa como al público. Por otro, en la contigua sala Jovellanos, Le projet amateur, un proyecto colectivo dirigido por el gasteiztarra Jon Gorospe.
En este último caso, la propuesta culmina ahora un camino que ha tenido cuatro fases, la primera de ellas sin que sus protagonistas fueran conscientes. No se sabe quienes son pero las imágenes que el padre de la familia durante unas vacaciones en Francia en torno a los años 60 está en la base de lo que ahora se encuentra con el público de esta Gasteiz del siglo XXI.
“No hemos profundizado mucho en quiénes son, es una familia que queda en segundo plano, aunque sí sabemos dos cosas interesantes. La primera, que el padre tenía inquietudes artísticas, que no hizo un diario de unas vacaciones sin más. La segunda, que era él y solo él quien tomaba las imágenes, salvo en alguna rara ocasión en la que dejaba la cámara a su hijo mayor para posar él”, explica Gorospe, quien años después dio el segundo paso de esta historia al encontrarse esta colección de diapositivas y el proyector para verlas en un anticuario de Vitoria. “Cuando lo vi me llamó la atención”, recuerda el fotógrafo, quien señala con una sonrisa otra de las peculiaridades de este progenitor sin nombre tras la cámara: su intención, nada disimulada, de intentar retratar al coche familiar -aunque fuera como actor secundario- siempre que fuera posible.
De la mano de Gauekoak, la Sociedad Fotográfica Alavesa y el Ayuntamiento de Gasteiz, Gorospe desarrolló la tercera fase del proyecto los pasados 1 y 2 de octubre en una sala de Montehermoso. Allí tuvo lugar un taller con la pretensión de tratar de encontrar respuestas colectivas a preguntas como “¿cuál puede ser el resultado de que un buen puñado de fotografías familiares sean recicladas, seleccionadas, intervenidas y expuestas por otras personas?, ¿qué nuevas imágenes, qué nuevos vínculos, qué nuevos relatos van a generarse?”.
Para ello, el gasteiztarra quiso contar con fotógrafos no profesionales “ya que quien tomó las imágenes también era un fotógrafo amateur”. Así, junto a Gorospe estuvieron trabajando esas dos jornadas Ana Padró, Isabel Pérez, Álvaro Guerra, Maialen Bermúdez, Sergio González, Alejandro Sánchez, Iñigo Fernández de Pinedo, Pilar Barco, Rubén Ángel Arias, Itziar Samaniego, Josune Martín, Alba García, David Valbuena, Uxue Juarez, María Hernández y Rocío López. El resultado de todo este proceso, de esa senda abierta el siglo pasado, es la exposición que hoy se inaugura en Montehermoso, una reflexión abierta sobre la autoría, la edición fotográfica, la generación y modificación de los recuerdos y las entidades, la difusión y vida del hecho fotográfico,...
Del centenar largo de diapositivas que Gorospe encontró en su día en el anticuario vitoriano se ha utilizado gran parte del material. De hecho, la muestra arranca en el exterior de la sala de la mano del proyector que acompañaba a las fotografías. Ya dentro, Gorospe y el resto de los participantes en el taller presentan diferentes instalaciones e intervenciones que ofrecen nuevos significados e implicaciones a unas instantáneas que dejan de tener el sentido original con el que fueron creadas.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 27 de noviembre, es también un reflejo de lo que ocurre hoy con el uso de la fotografía de las redes sociales. El reciclaje, consentido o no, está al orden del día. - DNA