Miami (EEUU) - Acabar algún día haciendo “películas de viejos” es a lo que aspira el cineasta Jonás Trueba, según explicó ayer en Miami, donde es homenajeado este fin de semana. Ahora, cierra de algún modo un “periodo de juventud” con el filme La reconquista, que compite en la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. “Muy contento” fue como se mostró ayer por haber sido seleccionado en una edición del certamen “tan potente” como la de este año, señaló.

Sobre todo, al joven director le hace especial ilusión que también luche por la Concha de Oro el surcoreano Hong Sang-soo, del que se declaró admirador. Asimismo, para Trueba asistir a San Sebastián es algo que “a priori” va a ayudar a que la película se vea más, pero, apuntó, “el filme se va defender sólo tenga mejores o peores críticas”. Aunque, advirtió, “el nombre es problemático, porque, según avanza la trama, el título va sobreponiéndose a sus peores significados”.

Director tardío Este cineasta de 34 años, que empezó escribiendo guiones y estrenó su primer filme hace sólo seis años, se considera, más que un director, un espectador. De hecho, sólo hace películas en sus “ratos libres” y de una manera “placentera”. Y, como espectador, se considera un “privilegiado” por la “diversidad” que hay actualmente en el Estado, lo cual se nota también en el cine, afirmó: “Nunca ha habido tantos cineastas con cosas tan diferentes, desde películas de Hollywood hasta otras independientes, pequeñas e intimistas”.

Trueba, hijo de Fernando Trueba, cree que la juventud es algo “sobrevalorado”. Según comentó, sus películas cuentan cosas de gente de su edad y están protagonizadas por actores de su misma generación, porque se siente más seguro en un cine que va a la par que “su pulsación, su biorritmo” y que irá envejeciendo junto a él. “Espero acabar haciendo películas de viejos, me apetece mucho”, subrayó.

Sin embargo, el cineasta apuntó ayer que sus películas (Todas las canciones hablan de mí, de 2010; Los ilusos, de 2013; Los exiliados románticos, de 2015; y La reconquista, de este año) no tienen vocación sociológica o de retrato generacional, aunque sí es cierto que el cine en cierto modo tiene algo de “registro del tiempo”, matizó.

Aunque a Jonás Trueba no le gusta “adjetivar” sus películas, destacó que La reconquista, con la que compite en el zinemaldia de Donostia, es más una cinta sobre el tiempo que sobre el amor, y más exactamente “sobre el amor trabajado por el tiempo, pero también habla de la identidad, de la fidelidad y de cómo se relacionan entre sí las personas que se han amado mutuamente”, apuntó con timidez. -DNA