la Unión Egipcia de Radio y Televisión (UERT) ha prohibido aparecer delante de las cámaras a ocho presentadoras de televisión hasta que adelgacen, para lo que les ha dado un mes de plazo.
“Esa decisión es ilegítima e inconstitucional. Me siento dañada psíquica y socialmente, ya que este asunto me desprestigia”, dijo a Efe una de las presentadoras afectadas, Jadiga Jattab, que trabaja en el canal Al Zania (La Segunda). Asimismo se preguntó “por qué no aplican esta resolución también a los hombres”, ya que, según ella, hay muchos presentadores varones con sobrepeso, por lo que esta decisión “supone una discriminación hacia la mujer”. “Deseo que el trato sea respetuoso para todos”, añadió. Jattab reconoció que no es la primera vez que sucede algo parecido, aunque antes había sido “de manera amistosa”. Según confirmó la presentadora, esta decisión de la UERT no afecta a su puesto en la radio pública, donde seguirá trabajando, aunque no sabe qué ocurrirá con el sueldo que recibe por su espacio de televisión.
El presidente del canal Al Masriya, Said Abugamil, explicó a Efe que se ha tomado la decisión “por el interés de la televisión”. “Es una decisión interna que forma parte del trabajo televisivo. Entre los requisitos que se piden a una presentadora están no sólo sus capacidades profesionales sino también su imagen física”, agregó, sin hacer mención a los requerimientos para los varones. Añadió que “la televisión tiene todo el derecho a tomar esta decisión” y que “no es la primera vez que se toman este tipo de medidas”, por lo que mostró su sorpresa ante el revuelo generado. También quiso quitar hierro al asunto y resaltó que, después de un mes, las ocho presentadoras tienen la oportunidad de volver si han perdido el peso necesario.
Por su lado, la presentadora Nagua Abu el Naga, comentó al periódico Al Masry al Yum (El Egipcio Hoy) que apoya la resolución porque “la aparición en pantalla requiere una buena presencia, tanto en el vestuario como en el físico de la persona”. “Debemos respaldar esta resolución por el interés de la televisión y mejorar la imagen de nuestros medios de comunicación”, agregó.
Por el contrario, el Centro de la Orientación y la Sensibilización Jurídica de la Mujer condenó esta decisión, que consideró “contradice los artículos de la Constitución” egipcia y los convenios internacionales firmados por El Cairo. “Esta resolución es una manera de convertir a la mujer en un producto y un tipo de violencia contra ella” y representa “una violación de la igualdad entre el hombre y la mujer en su ejercicio de las funciones públicas”, según el Centro, que pidió que se anule y se pidan disculpas a las afectadas.
De las ocho suspendidas, cuatro trabajan en el canal Al Masriya, dos en Al Ula (La Primera) y dos en Al Zania, todos de la televisión pública. La decisión fue tomada por la presidenta de la UERT, Safaa Hegazi, ella misma antigua presentadora. Es la primera vez que sale a la luz un caso parecido, aunque en otras ocasiones el organismo público ha suspendido temporalmente a algunos presentadores por sus opiniones políticas. Así ocurrió con Shahira Amin en la revolución de 2011, cuando fue suspendida por su defensa de los manifestantes de la plaza de Tahrir. En noviembre del año pasado, la televisión estatal suspendió a Azza al Henaui por criticar al Gobierno por su gestión de las inundaciones en las provincias de Alejandría y Bahira. Al Henaui fue acusada de haberse salido del guión y de haber incluido su opinión personal.