Desde hace más de treinta y cinco años, las mujeres son mayoría en la formación cultural. Según los datos facilitados por el departamento de Educación y Cultura del Gobierno Vasco, suponen el 66% de las personas que se matriculan en Arte y el 54,4% en Comunicación Audiovisual en las universidades vascas. Y, sin embargo, se encuentran con mayor dificultad a la hora de incorporarse al mundo laboral. En el sector de las artes e industrias culturales, solo un 43,8% de los empleos lo ocupan las mujeres y además cobran menos que sus compañeros. La brecha salarial sigue siendo considerable: Las mujeres ganan una media de 1.157 euros de ingresos netos al mes frente a los 1.435 euros de los hombres.
El departamento de Educación y Cultura del Gobierno Vasco, a través de su proyecto Kultura Auzolanean, ha puesto en marcha una nueva línea de trabajo para realizar un chequeo sobre la presencia y participación de la mujer en la cultura (en especial, en los sectores de Artes Visuales y Audiovisuales).
En los últimos meses se han celebrado varias reuniones con representantes de diferentes sectores con el objetivo de plantear intervenciones posibles en ámbitos donde se pueda obtener una mejora significativa, que se desarrollarán en coordinación con el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde. El informe definitivo podría estar ya concluido para finales del mes de septiembre.
Según los datos de los que dispone ya el Observatorio Vasco de la Cultura, las artes visuales cuentan con mayor presencia de mujeres; en cambio, en el audiovisual tienen menos peso (sólo un 40,5%). También éste es uno de los campos con menor porcentaje de mujeres en los puestos con cargos de responsabilidad (tres de cada cuatro responsables son hombres).
Cosa de hombres
La productora Izaskun Arandia es una de las participantes en estas reuniones; ella también es la presidenta de la plataforma (H)emen Her(E), surgida hace unos meses, con el objetivo de dar visibilidad al trabajo de las mujeres en el sector audiovisual. Izaskun Arandia pone sobre la mesa un dato totalmente esclarecedor: “Solo una de cada cinco directores de cine es mujer. ¿Por qué? En el sector audiovisual, la inmensa mayoría de los que contratan son hombres. Creo que no lo hacen conscientemente, pero caen en esa inercia, sobre todo, en la parte técnica: directores de fotografía, técnicos de dirección... En nuestra base de datos, están inscritas muchas mujeres, sobre todo, pertenecientes a las nuevas generaciones, que han perdido el miedo a lanzarse a una profesión técnica”.
Se queja Arandia además de que “hasta ahora, no ha habido muchos referentes femeninos en esta industria, por eso es tan importante crearlos. Marian Fernández, productora de Amama, nos contó una anécdota que describe muy bien esta situación. Ofreció una charla en una escuela de Iruñea con el director del filme, Asier Altuna, y había una niña que no paraba de hacer preguntas. Al final, le dijo a Asier: “Las chicas no podemos ser directoras, ¿no?”. Si una niña tiene que hacer esa pregunta, es que no tenemos referentes. Hay mucho que hacer en este sentido”.
Para esta productora, todavía es necesaria una importante concienciación de la sociedad. “Tengo muchos amigos dentro del gremio que no tienen esa concienciación, son feministas de boquilla; a la hora de contratar, siempre llaman a sus amigos-hombres. A las mujeres, ni se nos contempla”.
La situación no es muy diferente en Europa. “ El 85% de la financiación pública se destina a proyectos dirigidos por hombres, a excepción de Suecia, donde el Instituto de Cine ha conseguido que el porcentaje de largometrajes dirigidos por mujeres pase del 26% al 50% en cinco años. Ha sido una mujer, Anna Serner, la que ha abogado por promover la igualdad de género”, explica Izaskun Arandia, para quien en la actualidad “existe una situación de tanta desigualdad, que yo también soy partidaria de pedir una discriminación positiva. Si no, jamás vamos llegar a una paridad”.
También le preocupa cómo queda reflejada la mujer en el cine. “No se nos debe retratar como simples ama de casa o madres apaleadas, sino como mujeres modernas, con estudios y recursos”. Y pone al Festival de Cine de Lekeitio como un ejemplo a seguir, que ha introducido el elemento igualdad de género desde el principio. “Tienen en cuenta la perspectiva de género en todos los aspectos, integrándolas en el jurado, poniendo cuota para que estén representadas...”.
Mercado del arte
En el arte siempre ha habido mujeres, pero han sido los hombres los que han escrito los libros de Historia. Incluso existen pintoras que en pleno siglo XX, como la expresionista Grace Hartigan firmaba al principio de su carrera como George Hartigan por el miedo a que no se tomase su trabajo demasiado en serio.
En la actualidad, aunque hay mayor presencia de mujeres en el sector, el mercado del arte sigue siendo también cosa de hombres. El último informe de la Asociación Mujeres en las Artes Visuales revela que sólo el 25% de los 3.700 artistas que participaron en ARCO 2016 fueron mujeres.
Curiosamente, las encuestas de hábitos culturales en Euskadi constatan que el perfil de las personas consumidoras de cultura son mujeres, jóvenes y con estudios. ? Y que el interés de las mujeres por acudir a las salas de cine o a visitar exposiciones, galerías de arte y museos es superior al que muestran los hombres.? En los datos obtenidos por el Observatorio Vasco de la Cultura se deja una puerta abierta a la esperanza, ya que se registra un incremento progresivo de los contratos a mujeres. En 2013, siete de cada diez contratos de actividades culturales lo firmaron mujeres, aunque el 98% de éstos fueron temporales y predominaron los de un día o menos (67,9%). Sin embargo, todos están de acuerdo. Todavía queda mucho por hacer.