Vitoria - Reconoce que no se siente cómodo mostrando en bares, aunque el espacio que le ofrece Dazz (Cuchillería, 60) es distinto. “Cuando lo vi, me pareció un sitio mágico, tranquilo y perfecto para exponer”. Dicho y hecho, aquí se encuentra hasta el próximo 10 de julio. Aunque su trayectoria ya es conocida y su obra -“me considero escultor más que pintor”- se ha podido ver en no pocas exposiciones a lo largo de los años, lo cierto es que José Luis Elexpe y Gasteiz tenían una deuda mutua que ha llegado el momento de satisfacer. Por eso en Naizena naiz...Razones a mi existir, Pelex, sin plantearse una retrospectiva al uso, sí ha querido lanzar junto al público una mirada a los diferentes momentos de su carrera creativa.
Así, una treintena de cuadros y una decena de esculturas le sirven al autor de Usurbil, residente en Álava desde hace ya un tiempo, para recorrer épocas y proyectos, capas que a lo largo de los años se han ido sumando para conformar el momento presente. “Me apetecía hacer algo así en Vitoria porque hay personas que aún sabiendo lo que hago todavía no se hacían una idea real de mis obras y ahora que han visto el trabajo, se han dirigido a mí incluso sorprendidos”, explica.
En el caso de las esculturas, Pelex cuenta en el local de la calle Cuchillería con piezas “que son de entrenamiento para mí, aunque la gente no las ve así, las confiere mayor valor artístico”. Junto a ellas, pinturas “en las que me hace falta masa, fuerza, material cañero... necesito que los cuadros tengan peso”, apunta el creador, que también suele adentrarse en el mundo de la poesía.
Así se configura un recorrido en el que también es importante aprovechar la energía del lugar. “Cada sitio en el que expones tiene una magia y debes aprender a descubrirla para aprovecharla”, describe, al tiempo que asegura que “me da igual el lugar, yo en cada sitio que muestro pongo la misma ilusión”.
De todas formas, mientras Naizena naiz...Razones a mi existir sigue abierta, el artista, por supuesto, no se para. Ahora se encuentra desarrollando desde el estudio el que será su próximo proyecto, una investigación sobre la construcción y la destrucción en el arte. “Normalmente enseñamos un cuadro ya terminado, correcto, bien ejecutado... una obra que no vemos por dentro. Me interesa mucho ir a la esencia, a esos materiales y procesos que nadie ve. Alguno pensará que estoy loco por hacer un cuadro para luego destruirlo. Quiero enseñar lo que está dentro, la esencia”.