Madrid - La diseñadora de joyas Helena Rohner, recién seleccionada finalista al Premio Nacional de Moda por su trayectoria, cree que esta nominación es una “buena manera” de otorgar “visibilidad” al accesorio, de subirlo a la “cadena de valor de la moda” y otorgarle la importancia que merece. Con humildad y cierto pudor, asegura que “es un honor” estar entre los seleccionados a este galardón, al que optan en la misma categoría Roberto Torretta y Pili Carrera. La diseñadora canaria (Las Palmas, 1968) recibió hace pocos meses la Medalla de Oro de las Bellas Artes, acaba de recoger el Premio al Mejor Proyecto de Joyería Contemporánea otorgado por el IED y, por segundo año consecutivo, ha sido seleccionada entre los finalistas a la tercera edición del Premio Nacional de Moda. “Mantener una empresa estable, fiel a su concepto original y a todos los que trabajan contigo no es fácil”, señala Rohner, mientras apunta a que a veces la vida “te sobrepasa” en un esfuerzo enorme por abarcar el diseño de la piezas, la relación con “los proveedores” y la venta del producto, “no solo económicamente sino conceptualmente”. Helena Rohner tiene dos tiendas, una en Madrid y otra en Barcelona, pero el 70% de su producción se vende en Japón, Reino Unido y Dinamarca. Define sus piezas como “diseños pausados” porque están pensados con tiempo. “Las joyas son arte aplicado al día a día” y pretende que “sean ergonómicas, fáciles de llevar y que formen parte de quien las compra”. Para la artista, una joya “no es una declaración de lujo o de poder” e intenta crear piezas que se “adapten a cada persona, sobrias y duraderas, dentro de este mundo bling, bling (brillante)” en el que nos encontramos. “No me gustan las mujeres decoradas como árboles de Navidad”, sentencia. - I.T.
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