Venecia - Al arquitecto británico Norman Foster, creador de edificios técnicamente complejos, le gusta “trabajar con la gente que hace cosas” y en la Bienal de Venecia lo está demostrando: se ha presentado con un maestro albañil.

“Siempre me ha interesado apasionadamente la traslación de un concepto a la realidad”, dijo Foster en entrevista después de mostrarse ilusionado junto al español Carlos Martín a la sombra del modelo a escala real de una bóveda tabicada elaborada por este profesional del ladrillo.

“Para mí, trabajar con la gente que hace cosas es fantástico, es la esencia de la arquitectura, el salto a la realidad, el construir algo y el orgullo en la artesanía. Así que fue una buena experiencia y una persona extraordinaria”, comento sobre Martín.

El arquitecto británico (Manchester, 1935) participa en la Bienal de Arquitectura de Venecia, cuya XV edición se abrió al público el sábado, con un proyecto lejos de las complejas estructuras por las que es mundialmente conocido.

Se trata de un prototipo de puerto para drones, una bóveda tabicada que recupera una larga tradición en el Mediterráneo español con el objetivo de construirlo en Ruanda con materiales locales y cuyo modelo es el proyecto inaugural de la Fundación Norman Foster que se desveló esta semana en el Arsenal de Venecia.

La instalación podría servir para múltiples usos, pero sus impulsores plantean que sirvan en el país africano por ejemplo para facilitar la logística de envío de suministros médicos de urgencia.

“Mi fundación fue capaz de reunir a cinco universidades, a los profesores y a los estudiantes, espíritus jóvenes, con otras fundaciones, la Fundación LafargeHolcim y un laboratorio de investigación”, contó Foster. “Así que tenemos la pericia, la gente, los ingenieros y el producto. Hacen un producto especial a partir de la tierra, solo con un 8% de cemento con unos aditivos especiales”, explicó entusiasmado con el resultado de esta construcción en ladrillo.

pasión La pasión por hacer reales los conceptos no significa que Foster no aprecie el trabajo de los teóricos o de aquellos que proyectan ideas: “Pero para mí lo excitante es entender la manera en la que las cosas funcionan”. Esto puede tener que ver con “el montaje de un edificio, la manera en la que las piezas se fabrican en un taller, o también puede ser la misión, los principios éticos de una compañía o de una institución” explicó Foster.

“Cómo se hacen las cosas tiene para mí una cierta nobleza y disfruto de ese proceso”, aseguró este Premio Pritzker (1999) y Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2009). - Efe